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En 1981, sólo 70 de los 400 kilómetros entre Ouagadougou y Gaoua en el Pays Lobi están asfaltados, el resto es pista de tierra. ... Gaoua es un pueblo de casas de adobe, polvoroso en la época seca y un pantano cuando llueve. En el centro, bajo la sombra de unos enormes baobabs, está el mercado y, un poco mas allá, se encuentra una gasolinera y un surtidor de agua. En la colina, por encima del pueblo, está la Prefectura, único testigo arquitectónico de la era colonial. A su lado, una pista de tenis abandonada. El signo más visible del progreso es un almacén libanés donde se venden telas, bicicletas, motocicletas, cacerolas, neveras de petróleo y materiales de construcción. Pero las casas aún no disponen de electricidad ni agua corriente. Cuando llegamos con Adrián, que entonces apenas tenía un año, había una epidemia de meningitis, enfermedad que cada primavera segó la vida de muchísimos niños en el país. En el patio de la casa, y a veces adentro, hay escorpiones, y hay sospecha de la presencia de serpientes negras, que se conocen como 'le serpent cinq minutes'. No hay suero contra mordidas de serpiente, razón por la cual el médico alemán del pequeño hospital local me aconseja consultar a un chamán o a un misionero en caso de que suceda lo peor.

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