Todo saldrá bien

Todo saldrá bien' es el mensaje que reza en la pancarta colgada en el hall de la planta de Psiquiatría de Liencres. Cuando se decretó la cuarentena, 36 pacientes ocupábamos la Unidad. Empezaron a colocar paneles informativos de cómo lavarse las manos, cómo toser en el codo o guardar la distancia de seguridad. Pero más efectivos que los carteles eran las constantes indicaciones del personal. Aquí somos muy de abrazarnos cuando uno tiene un mal día o cuando las noticias son buenas. Era difícil no poder darse el abrazo mañanero y cambiarlo por el toque de codos. Pero, poco a poco, lo fuimos interiorizando. Creo que «lavaos las manos, guardad las distancias y no os toquéis» son las tres frases que más hemos escuchado en las semanas que llevamos de confinamiento.

Vertiginosamente, los cambios se fueron produciendo. Se dejaron las habitaciones abiertas todo el día para que estuviéramos el menor tiempo posible juntos en las zonas comunes. En estas, desaparecieron sillas y las butacas se distanciaron. Se suspendieron actividades terapéuticas. Estas cosas, a priori, no cuestan mucho. Lo que sí cuesta es no poder recibir visitas. Así que esperábamos ansiosos a que llegara la hora del móvil para poder disfrutar de una hora y media de contacto con nuestros familiares y amigos. Así fue como pude ver cómo aplaudían en mi calle una tarde a las ocho. Me lo habían grabado y fue muy emocionante.

Aquí no podíamos salir a aplaudir y queríamos unirnos al resto de la sociedad. Por eso, pensamos otra forma de hacerlo. A esa hora nosotros ya estamos en el comedor. Entonces, cuando suben los vigilantes de seguridad del Hospital, comenzamos todos a aplaudir. A las auxiliares, enfermeras, camareras... Es un aplauso general hacia todo el personal sanitario y no sanitario que siempre nos ha cuidado bien, pero que en estas circunstancias se merece una ola. Además, al terminar de cenar, cantamos juntos 'Resistiré' para subirnos el ánimo.

En todo caso, debo contarles que escribo estas líneas un domingo y ayer, sábado, no fue un día normal en la planta. Nos trasladan al Hospital Padre Menni porque necesitan nuestro espacio para enfermos del Covid-19. La noticia nos ha llenado de angustia y ansiedad. Sobre todo, porque nuestros doctores y psicólogas no vienen con nosotros.

Nos iremos adaptando -cada uno a su ritmo- a las nuevas rutinas y estoy segura de que en el nuevo centro nos van a ayudar mucho. No sabemos a qué hora se cena allí, pero intentaremos que nos dejen seguir aplaudiendo. Por nuestro personal, al que vamos a tener muy presente, y por el nuevo.

Aquí, en Liencres, empezarán a entrar enfermos de coronavirus. Igual no lo ven, pero tienen un mensaje de bienvenida. Un arcoiris precioso con un sol sonriente. Encima de él hay un frase que dice: «Todo irá bien». Eso es lo que les deseamos y estamos seguros de que así será.