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Generosidad con los vencidos, sobre todo si tras la batalla de ayer van a seguir siendo los aliados de mañana. Con ese planteamiento contemporizador, el ... PRC de Revilla le ha dado una salida relativamente airosa de la crisis al PSOE de Zuloaga, no sin antes haber alardeado de su victoria y de la capitulación del socio, tan visibles por la opinión pública. La cúpula socialista respira aliviada porque las concesiones del PRC en la revisión del pacto le permiten cerrar el episodio con un cierto decoro. Unos y otros admiten que la desconfianza perdura, que el armisticio es sólo provisional, que el riesgo de fractura sigue vigente.
El regionalismo, ya se sabe, podía haber garantizado la estabilidad del Gobierno Revilla con el PP y hasta con Ciudadanos, pero de momento opta por seguir con el socio de siempre, al que percibe a día de hoy más débil que antes de su órdago fallido por el revés regionalista a la investidura del candidato Sánchez.
Bien, ahora hay que verificar si el nuevo pacto suscrito por PRC y PSOE resiste las pruebas de esfuerzo de la realidad. Sin ir más lejos, en la dotación para Cantabria de los Presupuestos del Estado que el nuevo acuerdo de la coalición reclama para que el regionalista Mazón vote a favor de las cuentas del Gobierno central. Un ambicioso paquete de infraestructuras que afectan a las conexiones ferroviarias con Madrid y Bilbao, las líneas de cercanías, el Desfiladero de La Hermida o el centro logístico de La Pasiega, más la deuda del nuevo Valdecilla. La ventaja es que algunos de los proyectos cántabros ya están en marcha, pero hace falta una millonada para que se note que avanzan.
¿Habrá dinero para todo lo que reclama el rebelde Revilla, después de los múltiples compromisos adquiridos por Sánchez con los partidos periféricos que sí respaldaron la investidura? ¿También será satisfactoria la financiación autonómica, cuando la Generalitat y ERC ya han señalado a Cantabria y Extremadura como regiones privilegiadas por el modelo actual?
El acuerdo que han reformulado PRC y PSOE está sembrado de hitos complicados, en el debate de los Presupuestos del Estado y en algunas leyes trascendentes. Para el PRC no es un problema apoyar genéricamente la agenda social del Gobierno, pero quiere saber el alcance de la reforma laboral o de la política de impuestos porque le preocupa también la deriva del Gobierno PSOE-Unidas Podemos en materia económica en un escenario de crisis como el que ya vive la industria regional.
Con ese incierto horizonte a medio plazo, PRC y PSOE valoran desde perspectivas bien distintas el final del último conflicto. Hay un nuevo acuerdo en vigor para el funcionamiento de la coalición, lo que no hay es propósito de enmienda en las tensas relaciones de ambos partidos.
El regionalismo, más crecido que nunca por la rendición del adversario/aliado, jalea las regañinas en público de Revilla a Zuloaga, mientras a los socialistas les queda la espina clavada, aunque el enfrentamiento se haya reconducido y puedan mantener su cuota de poder en el Ejecutivo y en los Ayuntamientos. Los más incondicionales del aparato intentan 'vender' que el trance ha resultado positivo para el PSOE porque con el 'no' a Sánchez el PRC decepciona a los votantes progresistas que antes había captado. Y hasta aventuran que Revilla se ha avenido a anticipar el apoyo de Mazón a los Presupuestos del Estado por miedo a la ruptura que el PSOE seguía manejando, dicen, en las horas previas a la firma de la paz. Los críticos, por el contrario, creen que el descrédito del partido por la derrota en el pulso al PRC merecería una explicación de la ejecutiva a la militancia y un debate interno.
Al PSOE, al que Pedro Sánchez dirige desde Madrid y al que lidera en Cantabria Pablo Zuloaga, le preocupa especialmente la figura mediática de Revilla, una indiscutible estrella de la televisión en los últimos años. Circula en estos días una especulación generalizada en torno a la posibilidad de que ese estatus de celebridad peligre en adelante por la eventual presión del nuevo Gobierno a las cadenas televisivas que frecuenta el presidente cántabro, el amigo de Pedro Sánchez hasta que le ha dicho 'no' en el Congreso. Y en el PSOE temen que un Revilla crítico con Sánchez y sus peligrosos aliados siga predicando a toda España en horarios 'prime time'. Los socialistas cántabros aseguran que no tragarán con los desaires del socio al jefe de La Moncloa: o Revilla desaparece de la televisión, o se modera, o habrá otra crisis en el Gobierno regional. Atentos a la pantalla.
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