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El modelo de distribución territorial de los recursos sanitarios de Cantabria determinado por la Ley General de Sanidad de 1986 ya no funciona para todas ... las áreas sanitarias por igual. Tenemos que transformar este modelo por varios condicionantes.
Hace 35 años, al finalizar los años 80, los gobiernos autonómicos distribuyeron los recursos sanitarios asistenciales del territorio en áreas sanitarias para garantizar la equidad asistencial, acercando la sanidad a los ciudadanos, mediante la planificación sanitaria.
Así, el Gobierno de Cantabria dividió su territorio en cuatro áreas atendiendo a criterios poblacionales determinados por la Ley General de Sanidad. Esta Ley determinó que cada área sanitaria tuviera un hospital, y tras la determinación inicial del Gobierno de Cantabria de construir el Hospital de Laredo empezó la carrera para construir hospitales. Una fiebre que llegó a demandar hospitales para Potes y Castro Urdiales. Aunque por población no encajaba, el Gobierno estableció el área sanitaria especial de Reinosa, sin poder adivinar en aquellos años que las comunicaciones físicas y tecnológicas iban a cambiarlo todo.
También hace 35 años el desempeño profesional de la medicina permitía practicar a un médico su profesión casi plenamente e independientemente del lugar donde trabajara. Posteriormente, los avances científicos y el desarrollo profesional durante estos 35 años, han obligado a concentrar los recursos territorialmente, lo que ha limitado la práctica profesional de los médicos, pues la aplicación de estas tecnologías y conocimientos no se puede hacer en todos los sitios con igual eficiencia de costes y seguridad para los pacientes. Algunos ejemplos son la centralización de recursos en Valdecilla de tantas especialidades y la ausencia de partos en Sierrallana y Reinosa.
En consecuencia, el modelo funcional y organizativo debe evolucionar, bajo algunas premisas. La primera es que los médicos desean trabajar en donde puedan desarrollarse profesionalmente al más alto nivel. Un hospital comarcal carece de atractivo profesional. La segunda premisa es que habrá déficit de médicos y enfermeras; esto mismo sucede en Alemania, Suecia, etc. Tercera premisa, consecuencia de la segunda: es injusto, indigno e imposible pretender que tengamos un excedente de internistas, cardiólogos, anestesistas, intensivistas, etc., en la bolsa del paro esperando a ser contratados unos meses en el verano. Eso ocurrió en el pasado, ya no.
Se dan, además, dos situaciones simultáneas: 1- El médico que lleva años trabajando en un hospital comarcal está adaptado a trabajar en procesos de baja complejidad asistencial. 2- Los médicos, cuando pueden elegir dónde trabajar, no quieren ocupar una plaza en un hospital comarcal, prefieren un hospital universitario donde puedan desarrollarse profesionalmente, pudiendo llegar a trabajar en procesos de alta complejidad y de prestigio profesional y social.
Es equivalente a un jugador de fútbol, que siempre preferirá jugar en un equipo de los grandes, de Primera división.
Puede que haya varios modelos organizativos para Cantabria. El que más me gusta sería establecer en Cantabria un Área Única para la atención especializada sustituyendo a las cuatro actuales. Se trata de trabajar en una única red asistencial, proyecto que ya verbalizaron algunos profesionales y partidos políticos de Cantabria en los primeros años del presente siglo, y deseo recordar especialmente al cirujano de Valdecilla Dr. Luis Herrera (PRC).
Los responsables políticos del PP, PSOE y PRC más los gerentes de los hospitales deben promover un pacto profesional en la Consejería de Sanidad para integrar funcional y administrativamente a los médicos y para garantizar: uno, la equidad de la calidad asistencial para los pacientes y dos, la equidad en las posibilidades de desarrollo profesional al máximo nivel para los médicos.
En esta visión de Área Única, el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla debe liderar el proceso de integración empezando por la incorporación de los otros equipos directivos a la Comisión de Dirección.
Simultáneamente, los Jefes de Servicio ordenarán la asistencia sanitaria para que los diagnósticos y tratamientos sean iguales, aunque los pacientes o los centros sean distintos. También planificarán la formación y la investigación para garantizar la participación y el desarrollo profesional de los médicos en un proyecto común integrador. Así garantizaremos una asistencia sanitaria homogénea en los hospitales y evitando la descapitalización profesional de los hospitales comarcales, que pone en riesgo la calidad asistencial y el prestigio reputacional del conjunto de la sanidad de Cantabria.
Con otras palabras, los médicos de un hospital comarcal deberán poder vincularse al proyecto funcional y profesional del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, que les incentivará para poder incorporarse a proyectos de investigación del Idival, del Ibbtec, y a la Universidad de Cantabria.
El Área Única y el trabajo en Red permitirá a los hospitales de Laredo, Sierrallana y Reinosa transformarse en edificios de Valdecilla, lo que garantizará la calidad asistencial a los pacientes y el desarrollo profesional a los médicos.
Todos a jugar en primera división.
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