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Santos y difuntos

No nos olvidemos de que los fallecidos tienen nombre y rostro

Miércoles, 4 de noviembre 2020, 07:26

Al comenzar el mes de noviembre, la Iglesia ha celebrado la solemnidad de Todos los Santos, el día 1, y la conmemoración de los Fieles Difuntos, el día 2. Es una arraigada tradición cristiana recordar a todos aquellos hermanos que partieron de nuestro mundo ... y duermen ya el sueño de la paz. La Iglesia ha buscado reconocer la entrega de todos aquellos santos desconocidos, es decir, que no han sido elevados a los altares: un padre, una madre, unos abuelos, que se sacrificaron por sus hijos, por sus nietos, con gran generosidad, entrega abnegada, voluntad para sacarles adelante, cuidar de su educación. Son la inmensa muchedumbre de santos no canonizados, pero que gozan de la presencia de Dios. Todos aquellos, que arriesgaron su vida por la justicia, la libertad y el bien de los demás. La conmemoración de los Fieles Difuntos es una larga tradición de la fe de la Iglesia, para orar por ellos. Por tanto, esta conmemoración tiene el sentido positivo de iluminar nuestra fe, esperanza y caridad sobre nuestro destino definitivo. Los cuerpos de los fallecidos se tratan con sumo respeto y amor, por la fe en la resurrección ya que somos hijos de Dios.

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