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En general, el sector 'biotech' tiene una oportunidad increíble para situarse en una posición altamente competitiva. Esta es una oportunidad que Cantabria de ninguna manera puede dejar escapar. Obviamente, el camino para mejorar la industria es conseguir que logre mayor financiación y ello pasa ... por políticas que realmente apuesten por el sector. Conviene recordar que, en 2020 las compañías del sector biotecnológico de todo el mundo han captado más de 20.000 millones de dólares de financiación.
La pandemia ha tenido un gran impacto en el sector. El desarrollo de vacunas y diagnósticos tempranos ha demostrado cómo de necesaria es la biotecnología en este momento. Todas las nuevas tecnologías que han surgido han sido desarrolladas por compañías biotecnológicas. Especialmente hay que destacar la importancia de pequeñas empresas en el proceso. Se avecina un sustancial cambio durante los próximos años en el sector y cómo se acelerarán los desarrollos del mismo.
Cantabria puede jugar un papel muy relevante si sabe jugar bien sus cartas -Valdecilla, Universidad de Cantabria, institutos de investigación...- para atraer a empresas de este sector y para fomentar el emprendimiento, convirtiéndose en una auténtica 'Bioregión'. Si a ello le sumamos el valor añadido de ser una región con grandes posibilidades para tener una alta calidad de vida en un entorno cada día más valorado de naturaleza y ecología por los profesionales del sector, el cóctel puede ser perfecto. Pero para ello resulta crucial financiar tecnologías en cualquier fase, y esta ha sido una de las asignaturas pendientes de Cantabria, que no ha acabado de entender que invertir en programas a largo plazo permite acelerar el proceso para hacer llegar al mercado tecnologías, como por ejemplo ha ocurrido con algunas que dan rápidas respuestas a la pandemia.
En realidad, la pandemia ha demostrado que, si se invierte ahora, se pueden acelerar tecnologías para que lleguen al mercado lo antes posible, como la vacuna de Pfizer y BioNTech. Por eso mismo, el decidido apoyo institucional (no necesariamente financiación) resulta fundamental. Y aquí es donde el Gobierno de Cantabria debiera dar el callo.
Además, no es esperable que el sector biotecnológico sufra en esta crisis general como el resto de los sectores, porque hay un enfoque claro en lo que la industria puede aportar en cuanto a diagnósticos y terapias. Hoy en día existe más atención, más interés y más cercanía hacia el sector biotecnológico por sus nuevos productos y servicios disponibles que hacia otros sectores.
Y sí, es cierto que en Europa tradicionalmente el volumen de financiación para 'start up' de salud es menor. Pero esto es algo que la propia UE está redirigiendo y procura ser capaz de incentivar la inversión a largo plazo en las etapas iniciales de las compañías. Las nuevas estrategias europeas permiten que los agentes locales, como el Gobierno de Cantabria, puedan disfrutar de más opciones para llevar a cabo políticas en ese sentido.
Seguiremos teniendo en contra que el sistema regulador europeo adolece de procesos lentos, aunque es de esperar que las autoridades europeas tomen nota, por ejemplo, de lo ocurrido en el proceso de aprobación de la vacuna contra el covid-19. Porque un acceso al mercado más ágil, hace que la inversión sea más fácil.
Pero es un hecho que los inversores que vienen por primera vez desde otros sectores, se ven atraídos por las políticas favorables que impulsan la industria. Ahí es fundamental que este sector reciba apoyo público para la innovación y las nuevas tecnologías. Es un hecho que hay más financiación pública en Europa que en Estados Unidos y el reto es coordinar todas las políticas para favorecer e impulsar esta industria de forma unida en nuestra comunidad y hacerla más competitiva y accesible a dicha financiación. Pero hacer una apuesta en este sentido por parte del Gobierno de Cantabria es una decisión propia a la hora de priorizar.
En España el sector biotecnológico es realmente competitivo y sus proyectos tienen éxito. Lo cierto es que en el panorama del sector la industria nacional da un rendimiento mayor al esperado y constituye un mercado con mayor potencial si consigue más inversión a largo plazo. Por tanto, apostar en Cantabria por este sector y procurar estrategias a largo plazo que atraigan y consoliden el sector biotecnológico y le den consistencia debiera ser la verdadera apuesta en los fondos Next Generation.
La pelota está en el tejado del Gobierno de Cantabria. En su mano está presentar proyectos a los fondos Next Generation que sean realmente una apuesta de futuro o ir por la vía fácil de apostar por proyectos populistas que efectivamente no dejan de tener un retorno a corto plazo, pero no son el futuro que esta región se merece.
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