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Paso a paso, despacio y cauteloso, Íñigo de la Serna avanza en su regreso a la primera línea de la política. Este tránsito pausado es justo el contrario al abrupto desalojo de la vida pública mediante la moción de censura de Pedro Sánchez al ... Gobierno Rajoy en junio de 2018. Primero secretario del Comité Electoral Nacional y ahora responsable del programa para las elecciones autonómicas y municipales, más que el relumbrón de los sucesivos cargos importa su consolidación en el núcleo de confianza de Alberto Núñez Feijóo. Es más bien un retorno político a la carta y con paracaídas, en principio compatible con su actividad profesional en la esfera privada, a la expectativa de volver al Gobierno con el PP este mismo año como predicen la mayoría de las encuestas. Y es que eso es lo suyo, porque De la Serna está más predispuesto y más dotado para ejercer el poder y la gestión que para pelear en la desapacible oposición.
La verdad es que el retiro político de Íñigo de la Serna parecía que iba a ser más perdurable, como el de Borja Sémper, que hasta hace dos días decía displicente que miraba la política como los jubilados miran las obras, pero uno y otro apenas se han resistido a la llamada de Feijóo, ambos recomendados por otra sorayista ilustre como ellos, Cuca Gamarra.
En los nuevos fichajes de la cúpula popular se constata el talante moderado de sus líderes gallegos, el Rajoy de ayer y el Feijóo de hoy. Y los dos han querido contar en primera línea con el exalcalde santanderino. Ahora su misión es redactar un programa muy elaborado, de corte centrista, que acoja los restos de Ciudadanos, que tome distancia con Vox, pero sin desairarlo mucho por si luego hay que contar con el partido de Abascal para sumar una mayoría de Gobierno.
Cuatro años y medio hace que De la Serna dejó el Ministerio de Fomento y aquellos fines de semana que venía a Cantabria para licitar o anunciar inversiones millonarias del Estado en la región. La animada conversación pública era si el ministro sería o no el candidato autonómico del PP, una incertidumbre que por cierto alimentaba el característico hermetismo del protagonista. Por entonces, a la presidenta del partido, María José Sáenz de Buruaga, no le habría importado ser su número dos en la lista electoral, o al menos le habría dolido menos que la imposición humillante y fugaz de Ruth Beitia por la dirección nacional que ostentaban Pablo Casado y Teo García Egea.
Y al PRC de Miguel Ángel Revilla y al PSOE de Pablo Zuloaga, y a los demás partidos y aspirantes en liza, no les llegaba la camisa al cuerpo por si tenían que vérselas con un adversario tan poderoso en las elecciones de 2019.
La fulminante moción de censura acabó con el debate y abrió un paréntesis en la trayectoria política de De la Serna, poco interesado en involucrarse en tareas opositoras y menos con un jefe, Casado, que no era el suyo. También en estos últimos meses han proliferado los rumores, o incluso algo más, sobre la posibilidad de que Feijóo le subiese al cartel electoral de Cantabria, pero al final se ha impuesto el compromiso de respetar el liderazgo consagrado en el congreso a favor de Sáenz de Buruaga, confirmada a continuación como candidata regional en mayo. Así que el duelo electoral Revilla-De la Serna, el más potente que podría generar la política cántabra, seguramente nunca tendrá lugar.
El PP cántabro, como en otras ocasiones, ha aplaudido el nombramiento de Íñigo de la Serna en la cúpula nacional del partido; con más calor que nunca, si cabe, porque no se percibe ninguna interferencia de Madrid. Es más, los populares esperan que De la Serna, además de coordinar el programa electoral de mayo, se involucre cuanto le sea posible en la campaña de Cantabria, en la que Buruaga y su gente se la juegan a suerte o a muerte, y en Santander, la capital que gobernó y donde dejó heredera a Gema Igual, que es a día de hoy el único gran centro de poder del PP en la región.
Los dirigentes del PP dan como muy probable que Íñigo de la Serna sea, en diciembre o cuando Sánchez decida convocar elecciones generales, el número uno por Cantabria en la candidatura al Congreso de los Diputados, algo que ya acarició en su momento sin dejar la Alcaldía de Santander, en un doblete que el partido no autorizó. Ahora, el escaño en la Cámara Baja sería el paso previo a su retorno al Consejo de Ministros si Feijóo gana los comicios y puede formar Gobierno. En el congreso del partido en Cantabria, el líder gallego dijo, entre el clamor de los militantes, que De la Serna, allí presente, ha sido el mejor ministro de Fomento de la reciente historia de España, así que habrá que ver a su debido tiempo si aquellas palabras eran algo más que un cumplido.
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