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Un hombre camina con mascarilla en una calle de Wuhan.
Aquí y allí siempre han supuesto una diferencia a la hora de valorar la gravedad

Aquí y allí siempre han supuesto una diferencia a la hora de valorar la gravedad

CUADERNO DE EXCEPCIÓN-DIA 26 ·

Viernes, 10 de abril 2020, 07:43

Miro a China como el que mira a una bola de cristal, como si su presente fuera nuestro futuro. Leo que Wuhan ha levantado por fin las restricciones que limitaban los movimientos de la población. Wuhan fue la primera ciudad del mundo afectada por ... la epidemia de coronavirus. Digo ciudad y siento que no es la palabra adecuada porque en Wuhan viven más de once millones de personas. Más que en Suiza. Más que en Bélgica. Más que en Dinamarca. Más que en Suecia. Más que en El Salvador. Los mismos habitantes que en Holanda o Bolivia. Wuhan, un país dentro de un país. O un país dentro de un continente llamado China. Fueron los primeros en tomar medidas que implicaron el confinamiento de la población. Wuhan es la zona cero de la pandemia. Ya no hay contagios, ya no hay muertes (por el coronavirus, claro, las otras nunca descansan). Las gentes de Wuhan comienzan a salir a las calles, a utilizar el transporte público, a viajar, a ir al trabajo, a recibir masajes o a conocer a desconocidos en los bares. El confinamiento allí se decretó el 23 de enero. El 23 de enero el coronavirus era por aquí una noticia exótica, al menos para mí. Algo que estaba lejos. Algo que, por lejano, me importaba poco, casi nada.

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