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Ya estoy cansada de que en las noticias parezca que quienes realmente habitamos el entorno rural somos contrarios a los parques eólicos. La Junta Vecinal de La Costana, que me honro en presidir, ha decidido por 35 votos a favor y ninguno en contra que ... se conceda autorización administrativa para la ocupación de terrenos de nuestro monte a la promotora eólica del parque Campo Alto-La Costana. Y lo mismo han hecho nuestros vecinos de Monegro, como en su día hicieron los de Lanchares en El Escudo. Son decisiones tomadas en concejo abierto, una de las pocas formas que existe de democracia directa. Además, aquí no se ha empadronado nadie a última hora para alterar el resultado; ese interés lo tendrá si acaso el que no vive realmente en el pueblo.
Somos muchos los vecinos que vemos en la inversión de los parques una oportunidad de lucha contra el despoblamiento. De momento en mi pueblo ni el Gobierno regional ni el Gobierno de España han realizado ninguna acción para revertir la pérdida de población y el envejecimiento; sólo los promotores eólicos han empezado a hacer cosas. Por ejemplo, en La Costana llevamos ya dos cursos con clases de inglés y de refuerzo para los niños de infantil, primaria y ESO. No nos lo está pagando el Gobierno ni el Ayuntamiento y mucho menos los pancartistas, que ni son de aquí ni nos representan. Esa inversión es de la empresa del parque eólico y es de bien nacido reconocer que su compromiso comenzó sin haber aún aerogeneradores.
En los pueblos hay gente que quiere los parques y gente que no, como en cualquier sociedad; pero no es justo que en la prensa parezca que estamos todos en contra, que nos están expoliando sin que nadie haga nada por evitarlo. Eso es poco menos que tomarnos por estúpidos a quienes nos hemos mostrado favorables. Probablemente las juntas vecinales que se opongan a estas infraestructuras sean las de ayuntamientos ricos donde no se nota tanto la necesidad de inversiones.
En cualquier caso, el apoyo al parque no es ni gratis ni eterno. A la empresa promotora los vecinos le piden cumplir. Hasta el momento no tenemos queja y creemos que lo hablado es bueno para los pueblos, así que nosotros también cumplimos. ¿Qué diría un vecino de Santander si le dan la luz más barata de Cantabria y posiblemente de España? Lo mismo que uno de La Costana. A lo mejor en lo que no piensa un padre de la ciudad es que existen lugares en Cantabria donde para llevar a tu hijo a inglés no tienes una academia a la puerta de tu casa o al pie de una parada de autobús.
Los vecinos que queremos parques buscamos desarrollo y convertir nuestro entorno en más habitable, con oportunidades para fijar población. Esta gente no vive aquí porque esté atrapada o resignada, sino porque quiere y lo hace con orgullo. Nuestros abuelos y padres toda la vida le han sacado el sustento al monte y lo mismo queremos nosotros. Las empresas promotoras no nos engañan, no nos compran. No somos idiotas.
Enfrente de nuestras casas están los molinos de Burgos y allí ni se les mueren las vacas ni se arruinan los lugareños. Lo que hay es más fondos en el ayuntamiento y en las juntas para invertir en el beneficio público. Así es como lo ve la mayoría de los vecinos de La Costana, Monegro o Lanchares, y me atrevo a decir que la mayoría del municipio. Me llama la atención que los más beligerantes contra los parques ni siquiera viven aquí. En Campoo no han pasado ningún invierno ni conocen los problemas de la comarca. Incluso algunos nos acosan, nos insultan, ponen en duda nuestra honorabilidad, solicitan nuestra reprobación y nos llaman vendidos por pensar distinto. Yo, al menos, he sido elegida por mis vecinos por tercera ocasión.
Bienvenido sea el parque si podemos mejorar los servicios municipales y las infraestructuras, o si podemos dar más calidad a la atención de los niños, que algunos quedan, y de la gente mayor, que es la mayoría. Que nos ayuden con la vialidad invernal; que abran la bolsa de empleo para los campurrianos; que ayuden a los ganaderos mejorando accesos y recuperando superficies para el pasto. Si es así en Soba con el parque de Cañoneras, ¿por qué no en Yuso? Tenemos un presupuesto municipal que se puede multiplicar por diez durante 30 años gracias a los dos parques eólicos que caen en nuestros montes. Si la Administración ha hecho su trabajo y la empresa cumple toda la legislación, ¿qué diría uno de Madrid o de Santander? Yo lo tengo muy claro. Por favor, ya es hora de que se escuche a los que votamos a favor de un parque eólico en nuestro municipio. Y si me preguntan por el medio ambiente, les diré que nosotros también queremos energías renovables para un mundo mejor.
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