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De no ser cierto, resultaría difícil de creer la falta de responsabilidad y de respeto a los ciudadanos de este país. A los que les votaron y a los que no les votaron, ya que viven del dinero público. Se imaginan trabajar en cualquier ... empresa de servicio público y que el día señalado para someterse a las preguntas de la dirección sobre la situación actual respecto a la producción, de 22 trabajadores solo acudieran seis. ¿Cuáles serían las consecuencias? Pues ya ven, en política no pasa nada. Se cobra cada mes, tanto si trabajas como si no.
Si redujéramos el 80% de los políticos remunerados con dinero público, en Gobiernos autonómicos y central, ayuntamientos y diputaciones se dispondría de una 'millonada' mensual en dinero público para mejoras sociales de todo tipo.
Es urgente cambiar el paradigma ser de derechas o ser de izquierdas. Paradigma donde se escudan muchos de los políticos y en el cual continúan creyendo algunos ciudadanos. Ya no sirve. Políticos inteligentes, ignorantes, mentirosos, responsables, demagogos, comprometidos..., los podemos encontrar en los dos lados.
En pleno siglo XXI no se puede continuar con estos baremos. Los que se dediquen a la política, es decir, a mejorar la sociedad, deben de tener un currículo profesional y de compromiso social que garantice un mínimo de éxito, aunque sea a nivel teórico, en sus actuaciones futuras y le haga merecedor del sueldo percibido proveniente de dinero público.
Claro que se tiene que actualizar la Constitución, ponerla al día. No hace falta modificarla entera, pero sí se puede mejorar en algunos aspectos. Por ejemplo, suprimir el Senado. Actualmente es un 'cementerio de elefantes' que nos cuesta cada mes un mínimo de 1.241.048 euros. Lo que supone anualmente 14.892.576 euros. ¿Para qué sirve? ¿Que preparación es necesario tener para ser senador? Lo mismo se puede hacer con los diputados, concejales, alcaldes... y constatar cuánto dinero público se dedica a personas que ni saben, ni están preparadas, ni generan ningún tipo de beneficio público. La mentira y la falta de participación, por parte de los políticos, deberían de ser causa del cese inmediato. ¿Por qué esperar cuatro años? Deben ser evaluados cada seis meses y poder demostrar que son merecedores del cargo y del dinero público. W. Churchill dijo: «La democracia es el menos malo de los sistemas políticos». Para que deje de ser el menos malo y se convierta en un buen sistema es imprescindible mejorarlo con medidas innovadoras que generen eficacia política (mejoras sociales) y rentabilicen la inversión de los dineros públicos en cantidad y calidad.
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