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Sobre las concertinas en Santander

Abundan los casos de personas atrapadas por las cuchillas, de cuerpos cortados y mutilados

Jueves, 16 de diciembre 2021, 07:26

Durante catorce años, un alambre de cuchillas coronó las vallas de Ceuta y Melilla para evitar el salto de aquellos que tuvieron la mala ... suerte de nacer entre guerra y miseria. Por aquel entonces, nos acostumbramos a excusas que trataban de justificar estas medidas para controlar la inmigración; todo con tal de evitar afirmar que eran crueles y desproporcionadas. Detrás de esas palabras se escondía la enorme ingenuidad de unos gobernantes que se pensaban que aquellos que atravesaban todo tipo de dificultades se iban a amedrentar por unas concertinas. Este fue el caso de Sambo Sadiako, un senegalés padre de cuatro hijos, cuyo único pecado fue tratar de saltar por encima de una concertina que le seccionó una arteria. Fue la víctima mortal de un sistema que le obligó a arriesgar su vida para dar de comer a su familia. Vivimos en un mundo injusto, en el que a pesar del enorme progreso tecnológico generado, somos incapaces de evitar la desgracia de aquellos que tienen la mala suerte de nacer en el lado incorrecto del Mediterráneo.

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