DNI solidario

Han sido muchas las muestras de solidaridad con la Palma, esa forma de lágrima ha unido a muchos. Tiene que ser devastador quedarte sin nada; que desaparezca tu casa e incluso tu modo de vida. Seguimos las imágenes consternados, y poco a poco vamos sintiendo que de la conducta de cada uno depende el destino de todos. Sin duda alguna, aliviar el peso de los semejantes nos hace triunfar como seres humanos. Este no sentirse solo y compartir la fatiga por ayudar a los otros, de forma incomprensible, nos hace sentirnos cuerpo, hermanos, familia, una misma humanidad, cosa que el individualismo reinante parecía habernos hecho olvidar. La actitud solidaria no tiene precio, porque si la ponemos en venta, la desvirtuamos.

Este suceso tan cercano, dentro del propio país, nos hace profundizar en ese DNI solidario que nos identifica y que aparece de vez en cuando, pero que nos haría ser más personas si estuviera siempre presente, en la 'palma' de la mano, en el propio corazón, y es que las necesidades decrecen cuanto más nos volcamos en las ajenas. Una sonrisa, un abrazo, unas lágrimas de agradecimiento, no llenan nuestra cartera, pero si alimentan el alma. Piensa mi cardiólogo, el doctor Ullate, que «el mejor ejercicio para el corazón es agacharse y ayudar al caído en la orilla de la vida». Con la 'palma' en el corazón, cada vez estoy más convencido de que los más felices no son los más egoístas, sino los que practican la misericordia con el prójimo. Mostremos nuestra esencia más profunda, ese DNI solidario que más brilla cuanto más se ejerce y que en definitiva ayuda a establecer el Reino no de dos, sino de Dios.