Solidarios

Al hilo de esta desinteresada actividad de las dos monjas en Torrelavega he recordado la labor que otras personas han venido desarrollando en otros ámbitos con no menor entrega y generosidad, sobre todo de dedicación y tiempo. Personas que desde diferentes direcciones, sin personalismos, por pura solidaridad con la gente que pasa necesidad, desfavorecidos, o simplemente por tratar de conseguir una sociedad mejor, dedican una gran parte de su vida. Cito a personas como Luis Campuzano, ayudando con propuestas imaginativas y eficaces a la integración social y la recuperación de su dignidad de los presos de El Dueso. Merche Pisano, buscando soluciones y dando atención a los mayores tratando de conseguir que pasen los últimos años de su vida de la mejor manera posible con la atención y el afecto que se merecen. Rafaela González, al frete de AMAT muchos años, con su tenacidad en la lucha contra la drogadicción y ayudando a los toxicómanos. Miguel Ángel Fernández, coordinando desde Coorcopar la ayuda a los parados y buscando soluciones laborales no siempre posibles. Tomás Castillo, que con su equipo de Amica, lleva 35 años descubriendo capacidades en personas con discapacidad e integrando laboralmente a quienes la sociedad había olvidado cuando no escondido. El padre amigoniano Félix Martínez responsable de la casa de los Muchachos, ahora en Madrid. Florencio Muñoz Lunate, Tate, solidario siempre con todas las causas justas, impenitente luchador contra las amenazas del medio ambiente, como así mismo Florencio Enríquez, heredero de la actitud y del espíritu que mantuvo durante tantos años su padre. Son nombres conocidos. Posiblemente usted, lector, conozca más situaciones personales de entrega, anónimas algunas de ellas. Verdaderamente ejemplares.