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Y tras una larguísima espera llega el ansiado punto final. El colofón. La traca. La guinda del pastel. Tras una larguísima espera, llega lo mejor. El falso final, el verdadero comienzo de todo. El inicio de la vida. Hay tantos partos como mujeres y, esto, ... es solo una de las tantísimas realidades y vivencias que ocurren día a día en los paritorios. Es una de las posibles y distintas caras de la misma moneda: distinto trazo, distinto grosor, distinto dibujo, distinto bronce, pero, al fin y al cabo, moneda. Estamos preparadas biológicamente para parir, ni antes ni ahora nos hace falta aprender a parir. Sabemos hacerlo, forma parte de nuestro ADN. Lo que sí difiere de unas a otras es la manera de llegar a ello, física y mentalmente.

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eldiariomontanes La madre que te parió