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Eurovisión, tuvo hace poco tiempo uno de los momentos más impactantes de su existencia. Un país en guerra, sumido en el desconcierto y la incertidumbre, alzó su voz en el festival para proclamar su espíritu combativo, fuerte e identitario. La actuación de la banda ucraniana ... Kalush Orchestra sobre el escenario sirvió para reivindicar su existencia y el orgullo de todo un pueblo que sigue resistiendo bajo el silbido de las balas y las bombas.
Kalush Orchestra venció con 'Stefania', una canción concebida para homenajear a la madre del vocalista de la banda y que ahora es un homenaje a todas las madres ucranianas, un canto a la libertad que incluso lleva a pensar en Ucrania como si fuera una madre.
La canción, hermosa, habla de ellas, de todas las madres, mamás siempre por toda la entrega, el cariño y la ternura que encarna esa palabra universal. Madre. Esas mujeres que nos dieron el ser, que nos imaginaron y que nos acunaron después. Nosotros crecemos y ellas menguan para que tengamos vida, una existencia llena de todo lo que soñaron para nosotros. Sus cabellos se vuelven grises, sus abrazos reparan el alma, sus ojos se iluminan cuando nos ven. No importan los años, con el tiempo sus sabias palabras, nos llevan a descubrir que son eruditas. Nadie nos conoce mejor, su palabra suena a esperanza, a fe inquebrantable en nosotros.
Siempre presentes, mucho más aún cuando pasan el umbral de la muerte. Hasta San Agustín fue lo que fue gracias a la oración y ejemplo de Mónica, su madre. 'Stefania mamá, mamá Stefania, el campo se llena de flores, mientras tú de canas, cántame una canción de cuna, mamá, todavía quiero escuchar tu palabra amorosa…'
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