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La subida de Sirio al cielo de los gatos

Se durmió dulcemente, con una mirada agradecida por una vida feliz y un adiós indoloro y digno

Viernes, 17 de diciembre 2021, 07:25

Sirio la miró con dulzura, mientras Isabel, entre lágrimas, lo acariciaba suavemente una y otra vez. La inyección comenzaba a hacer efecto y Sirio cerraba poco a poco sus grandes ojos ámbar sin dejar de mirarla, en un gesto que transmitía un amor sin límites ... y un infinito agradecimiento por más de una década de compañía, felicidad compartida y un adiós necesario y triste. «¿Ya?», preguntó Isabel. «Ya», le dijeron. Y en el momento en el que Isabel lo abrazaba, aferrándose a él como si quisiera retenerlo, el alma de Sirio, si los gatos tienen alma, abandonaba su cuerpo enfermo para elevarse hasta el cielo de los gatos, si es que hay un cielo para los gatos. Sirio, de edad avanzada, padecía una afección terminal que le producía un profundo sufrimiento. La muerte, inevitable, ofrecía solamente dos alternativas: procurarle una despedida digna e indolora o alargarle artificialmente la no vida.

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