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Miguel Ángel Revilla le espeta a María José Sáenz de Buruaga cada vez que tiene ocasión –la última, en el reciente debate de investidura– que la cúpula nacional del PP no la quiere al frente del partido en Cantabria y en Génova no faltan quienes ... enredan una y otra vez para darle la razón al presidente cántabro, que es además su principal enemigo político. Primero Buruaga fue desautorizada públicamente desde Madrid con la fallida proclamación de Ruth Beitia como candidata autonómica y ahora, inmediatamente después de las elecciones, vuelve a estar en la picota al trascender las supuestas maniobras para sustituirla por Gema Igual en el liderazgo del partido. En la dirección del PP cántabro bien pueden hacer suya la mordaz advertencia del viejo Pío Cabanillas: ¡Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros!
Los dirigentes regionales del PP prefieren negar verosimilitud a la crisis y subrayan que al mismísimo Pablo Casado le faltó tiempo para llamar a Sáenz de Buruaga, para tranquilizarla y mostrarle su respaldo personal, apenas unas horas después de que El Mundo publicase que Génova planeaba relevar a los líderes de Canarias, Asturias, con más urgencia, y Cantabria con menos prisa. También el diputado nacional Diego Movellán, casadista de pro, niega categóricamente que Buruaga esté en entredicho entre los jefes de Madrid. Menos contundente y más ambiguo se ha mostrado el secretario general del PP, Teodoro García Egea, al decir que en todo caso los hipotéticos cambios territoriales en la organización no serán estudiados al menos hasta septiembre.
En el alto mando del PP de Cantabria cierran filas, pero tampoco se llaman a engaño. El doloroso precedente del 'caso Ruth Beitia' les sugiere que en Madrid no todos están a muerte con Buruaga ni olvidan que ella, como la mayor parte de los miembros de la ejecutiva del PP de Cantabria, apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría en el congreso que finalmente ganó Casado.
También Gema Igual hizo campaña por Sáenz de Santamaría, pero después del congreso conectó mejor con los nuevos dirigentes de Génova. Tuvo su respaldo absoluto para ser la candidata del PP al Ayuntamiento de Santander y ahora, tras obtener en circunstancias muy adversas un buen resultado electoral que le ha permitido conservar la Alcaldía, ha ganado crédito político. Es probable que después del verano Gema Igual sea promovida para un cargo directivo en la asamblea de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) al ser una de las pocas mujeres del PP que están al frente de una capital o ayuntamiento importante.
Las relaciones de la alcaldesa con la dirección del PP cántabro se mantienen dentro de la corrección formal, aunque a considerable distancia, antes y después de las elecciones de mayo. Gema Igual diseñó su propia campaña con plena autonomía respecto a la estrategia general del partido, y no formó parte de la candidatura regional como lo habían hecho reiteradamente sus antecesores en la Alcaldía santanderina, Gonzalo Piñeiro e Íñigo de la Serna.
Después de las urnas, el PP regional no jugó ningún papel en la dura negociación que tuvo lugar paralelamente en Madrid y en Santander para alcanzar el pacto municipal con Ciudadanos. En todo caso, y a pesar de las frías relaciones, en la ejecutiva del PP no creen que la alcaldesa esté implicada en oscuras operaciones para hacerse con el liderazgo del partido, más bien opinan que de momento bastante tiene con la tarea de sacar adelante el gobierno municipal y la alianza con Ciudadanos.
El ruido provocado por las filtraciones de Génova sobre los supuestos relevos en el liderazgo no hacen sino prolongar la inestabilidad que afecta al partido desde antes del convulso congreso de 2017 que María José Sáenz de Buruaga ganó a Ignacio Diego por sólo cuatro votos. Como sucedió durante los doce días escasos en los que Ruth Beitia fue la candidata del PP a la Presidencia de Cantabria, la conjetura en torno a Gema Igual alimenta expectativas en el seno del sector crítico, máxime cuando su hermano, José Manuel Igual, alcalde de Arnuero, es uno de los políticos con más predicamento en este grupo disidente.
La ejecutiva del PP reafirma la fortaleza de su presidenta respaldada por Pablo Casado, aunque admite que la polvareda resulta dañina. Desde luego, las filtraciones de Génova resultan inoportunas e irresponsables cuando el PP cántabro necesita recuperar la cohesión para armar su estrategia al frente de la oposición al Gobierno Revilla en el comienzo de la legislatura autonómica y cuando incluso es posible que todo el partido tenga que movilizarse de nuevo para otras elecciones generales si Pedro Sánchez no logra la investidura y la política nacional sigue empantanada.
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