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Se preguntaba recientemente Carmen Posadas en uno de los brillantes artículos que publica cada domingo en el suplemento 'XL Semanal' de El Diario Montañés cómo es posible que hoy día medren tantos mediocres mientras «personas preparadas y de mucha más valía jamás ... llegan a nada». Y de inmediato aportaba la respuesta: el factor azar, decide. Sí. Suscribo el subrayado de Carmen. La casualidad, las carambolas, estar a la hora adecuada en el momento oportuno. Llámese del modo que quiera llamarse, pero, en definitiva, la pura y dura suerte. En muy lúcidas palabras de mi admirada colega, «esa grandísima caprichosa que bendice o condena». Ejemplo: la patada al balón futboleril que, camino del segundo anfiteatro y de un apoteósico ridículo del ídolo, tropieza en la espalda del rival y le mete al portero un golazo. ¿Mérito del que chuta? Cero patatero.

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eldiariomontanes La suerte