Cuando Svante Pääbo visitó Cantabria

Estos precedentes mostraban que los estratos de la Cueva del Mirón eran especialmente favorables para la preservación del ADN fósil, así que Pääbo no dudó en hacer el viaje con sus útiles de trabajo y el 23 de junio, en un quirófano experimental de la Facultad de Medicina de la UC, para evitar riesgos de contaminación, recogió fragmentos mínimos de distintos huesos para intentar recuperar el ADN de la difunta ramaliega. En esta tarea lo acompañamos Lawrence Straus, del Departamento de Antropología de la Universidad de New Mexico y codirector de la excavación, el profesor José Miguel Carretero, de la Universidad de Burgos, responsable del estudio paleoantropológico de los restos y yo mismo, del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, y

Al día siguiente el equipo se trasladó a la Cueva del Mirón, pues Svante Pääbo estaba interesado en conocer directamente el lugar del hallazgo y las características de la excavación, en una jornada en la que este investigador tuvo oportunidad de revisar las distintas zonas de trabajo en la cueva, para posteriormente visitar la de Covalanas.

Casi cinco años más tarde, en mayo de 2016, apareció un artículo en la revista científica Nature, con el título de 'La historia genética de la Europa de la Edad del Hielo', que incluía los resultados del estudio genético del ADN nuclear de 51 individuos de entre 45.000 y 7.000 años atrás, y entre ellos los de la Dama Roja de la Cueva del Mirón. Este estudio permitió conocer que esta mujer era de piel oscura, pelo ondulado y fino, ojos también oscuros, y con entre 3 y 4% de ascendencia neandertal. De todos los individuos recogidos en este estudio, menos de un tercio contaban con ADN de suficiente calidad para estas estimaciones, pero la Dama Roja era uno de ellos. La visita de Pääbo rindió unos frutos extraordinarios para conocer cómo eran los pobladores de Cantabria allá por el Magdaleniense inferior, hace 18.000 años.