La tentación de Piquío

La verdad es que no es difícil venirse arriba contemplando la panorámica que ofrece la proa de este barco de roca y tierra ajardinado. La noticia de su reforma alegra, pero también inquieta, porque las ganas de intervenir para embellecer lo incomparablemente bello termina por desgraciarlo. Los gobernantes y los técnicos suelen tener la tentación de dejar su huella en terrenos donde lo mejor es pasar de puntillas. Piquío es un claro ejemplo. Así que, arreglar los desperfectos y el resto de los elementos de los jardines, sería lo ideal.

Entre esos elementos, además de 'La rosa de los vientos', hay uno especial. Se trata de la denominada 'Tierra paralela', una esfera de piedra de 65 centímetros de diámetro construida por el pintor, diseñador y piloto de guerra cántabro Eugenio Cortiguera. Es un instrumento eficaz para comprender conceptos básicos de Astronomía con una bola representando a la Tierra. En la parte superior ha de estar el lugar exacto donde uno se encuentra (en este caso, Santander) y el eje de la bola tiene que ser paralelo al de la Tierra. Así podemos distinguir, observando la bola, la zona iluminada por el Sol (día) y la zona de sombra (noche), y saber con exactitud donde amanece y anochece, además de la hora solar en cada punto del planeta.

Espero que nadie caiga en la tentación de retirar ningún elemento y deje Piquío con la cara lavada, pero sin esa cirugía plástica que deja irreconocible lo genuino y lo natural.