La teoría del asombro

Asombro. La exigencia del PSOE de igualarse al PRC para alcanzar un pacto de gobierno, con reparto de carteras al 50% –basándose en que los regionalistas les superaron 'solo' por 218 votos–. Esta petición la ha hecho Cruz Viadero seguramente sin recordar, al menos, dos sonoras derrotas por la mínima, como la que tuvo que encajar su correligionario José Bono en 2000 cuando por nueve votos, Rodríguez Zapatero se lo llevó por delante en el trigésimo quinto congreso de los socialistas españoles. Otra victoria por la mínima –esta en terreno contrario– se produjo hace dos años, en el duodécimo congreso del PP cántabro, cuando Sáenz de Buruaga fue elegida presidenta al superar con 4 papeletas a Ignacio Diego. Parece que López Estrada no está por casarse con bienes gananciales. Otro escenario habría sido el empate –que se lo pregunten a la regionalista Andrea Lavín que le birló la pedanía de Bárcena de Cicero a la socialista Patricia Ruiz en un sorteo–. Cuando se juega a la lotería, y el boleto solo se acerca al número ganador, ya se sabe, hay que conformarse con la pedrea.

Estupefacción. La que produce 'El sol de Torrelavega'. Este desafortunado lema ha sido elegido por una empresa de juegos para montar un macrosalón, un nuevo local para quedarse con el dinero, y en muchas ocasiones con la voluntad, de personas, frecuentemente, en situación de zozobra personal o económica. Torrelavega es un caramelo para estos negocios –por otra parte, perfectamente legales– porque las casas de apuestas y salas de juego eligen estratégicamente para sus negocios las localidades y barrios más vulnerables, los más golpeados por la crisis. Las instituciones no pueden oponerse a lo que ellas mismas han permitido pero sí pueden tomar medidas restrictivas. Sin ir más lejos, la Diputación de Vizcaya ha decidido retirar de los autobuses vizcaínos cualquier publicidad que invite al juego. Por algo se empieza.

Decepción. Desde 1956 la Gala Floral ha venido siendo uno de los principales atractivos de las fiestas patronales de Torrelavega. El evento, que antes de ser declarado de interés regional, lo fue de interés turístico nacional, es el que mayor cantidad de público atrae de toda Cantabria. Dicen los organizadores que ha ido perdiendo calidad y que por ello ya no será concurso sino exhibición profesional. Efecto sorpresa, arrasado. Cuando las propuestas se resoban hasta el límite sobreviene el agotamiento. Otro síntoma de decadencia.

Admiración. Por el ejercicio de constancia de los macarras de verano que abundan más que las vendimias en septiembre. Coche deportivo tipo 'quiero y no puedo' –amarillo o negro preferentemente– con lunas tintadas, altavoces con un subwoofer para poner la música a tope: siempre Camela, al tiempo que atraviesa Cuatro Caminos dejando constancia del doble escape, con las ventanas bajadas y mirando hacia los lados para comprobar si algún paseante nocturno comprueba la marcha que lleva. Queda el consuelo, al menos, de esperar que tengan que reducir las noches de desenfreno porque ya no habrá mañanas de ibuprofeno.