La tercera oleada

Ya hemos hablado en otras ocasiones de simuladores, se trata de algoritmos que son capaces de predecir la evolución de un sistema, en este caso la pandemia de coronavirus, cuando son alimentados con unos datos iniciales. Su capacidad de predicción depende, por lo tanto, no solo del diseño del propio simulador, sino de la fiabilidad de los datos que se le proporcionen. Este simulador, en concreto, no sólo ha demostrado una gran capacidad de predicción, también admite la consulta en cuanto a la efectividad de las normas destinada a prevenir la expansión del coronavirus: introduciendo en el sistema las restricciones sanitarias previstas, el simulador averigua su impacto futuro en los contagios y muertes por la covid-19. El grado de acierto ha llevado a que este sistema, diseñado en principio para averiguar si el número de ingresos por coronavirus iba a aumentar o disminuir en un hospital universitario alemán, sea utilizado por el Bundestag, el Parlamento Federal Alemán, para estudiar la efectividad de las restricciones sanitarias. Su uso no es exclusivo, ya que este sistema está abierto al servicio público y puede ser usado por cualquier Administración.

La última investigación ha tratado de calcular el impacto que tendrá en la expansión del virus el aumento de los contactos sociales durante la Navidad. Según los números, los encuentros familiares duplicarán el número de contagios en enero. El aumento de los contactos sociales y la relajación típica de estas celebraciones tendrá unas consecuencias claras. Según el modelo, el 21 de enero el número de ingresos hospitalarios será el doble de los que habría sin la Navidad de por medio, o si la viviéramos como cualquier otra semana del año; una estimación más bien prudente, teniendo en cuenta que estas reuniones tienen lugar en sitios cerrados y sin mascarilla.

Las últimas restricciones harán que se alcance en algunas comunidades el objetivo de los 50 casos de incidencia en una semana, pero las perspectivas son más bien pesimistas: incluso reduciendo las reuniones habrá aumentos significativos de los contagios, y entraremos en una nueva fase de infecciones que puede culminar el día de Reyes.

Durante esta segunda ola se ha demostrado que una de las claves es la R, el indicador que muestra a cuántas personas puede contagiar un infectado. Recordemos que cualquier aumento que sitúe el valor de R por encima de 1 lleva consigo un incremento exponencial de los contagios. Según el modelo de Lehr, la R pasaría de 0,77 a 1,1 en sólo una semana, y en la primera semana de enero llegará hasta 1,5. Por entonces, la vacuna aún no estará disponible en España para la población en general, y nos enfrentaremos a una nueva ola de contagios.

La situación de los hospitales españoles en Nochebuena estará bajo control gracias a las medidas restrictivas aplicadas, pero el modelo augura que el aumento de los contactos sociales y el incremento de los contagios llevarán a su vez a más ingresos, si bien no se espera alcanzar las cifras de este mes de noviembre.

Se trata de una proyección estimada antes de que el Gobierno hiciera públicas las medidas sanitarias para las fiestas, lo que repercute en su precisión. Por otra parte, las medidas aprobadas son tan vagas que parece que la responsabilidad de evitar esta tercera oleada va a correr por cuenta de la ciudadanía. Somos nosotros, si seguimos actuando con prudencia, los que podemos evitar que la situación se vuelva a descontrolar.