'Terracismo' y 'ayusismo'
LA TIERRA DORMIDA ·
Las terrazas han colonizado el espacio público. Cualquier lugar, por absurdo que pueda parecer, ha servido para instalar veladoresSecciones
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LA TIERRA DORMIDA ·
Las terrazas han colonizado el espacio público. Cualquier lugar, por absurdo que pueda parecer, ha servido para instalar veladoresConfieso que soy culpable y cómplice: soy 'terracista'. Desde hace tiempo -mucho antes de la pandemia- las demandamos, lo que, unido a factores que han ... condicionado el estilo de las relaciones sociales -como la prohibición de fumar en el interior de los locales, primero, y el daño del virus, después- ha derivado en que la instalación y uso de las terrazas sea una tendencia imparable. No obstante, como todo lo que nace de la improvisación -en este caso obligada por las circunstancias- tiene un difícil regreso a la normalidad. Las terrazas han colonizado las aceras y plazas; cualquier lugar, por absurdo que pueda parecer, ha servido para instalar unos veladores, dejando a las personas, y sus derechos, en segundo plano. Vuelve la normalidad, sí, pero para todos, también para los viandantes -en absoluto culpables del destrozo económico que ha causado la pandemia- y que ven cómo sus aceras se han convertido en un campo de minas. Pero ahora, ¿quién es el valiente que le pone el cascabel al gato?, ¿quién frena -aguantando la crítica y la protesta- los abusos que se están cometiendo al amparo de la permisividad? Es necesario proteger los derechos de todos para no pensar que hemos sido vendidos al 'ayusismo' y a su táctica de protección a ultranza de la hostelería, porque le valió en parte su éxito electoral.
De ser así significaría intuir de alguna manera el servilismo hacia un sector que ha estado tan castigado como muchos otros a los que no se les ha proporcionado el mismo trato (cines, centros culturales, comercios minoristas, enseñanza no reglada, transportes colectivos, ocio...) porque al comercio, sin ir más lejos, no se le perdonaron impuestos a pesar de estar cerrado o limitado el acceso a sus clientes. Los consumidores nos hemos convertido en parte del problema en la misma proporción que lo seremos de la solución, vetando el uso de los veladores que taponan calles, limitan la movilidad, obligando al ciudadano a desviar su paso. Esto ocurre en algunas ocasiones, a pesar de que las terrazas tienen suficientes mesas, porque también existe la voracidad, esa que hace superar la lógica y ayuda a menoscabar el respeto del entorno, por ejemplo, contribuyendo a que los alrededores de los bares se hayan convertido en inmensos ceniceros. La Mesa de Movilidad del Besaya ha pedido reiteradamente -todavía sin éxito- que se vuelva a la situación legal y contributiva previa a la pandemia, no al pairo de la 'generosidad' institucional. Así y todo, en esto la gran piedra filosofal está en la educación y en el respeto. No obstante, tal y como escribe Xoan Tallón en su libro 'Mientras haya bares': «Un pueblo que pierde la capacidad para convocar una reunión en un bar es un pueblo muerto. Da igual que aún tenga habitantes», pero con límites.
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Ana del Castillo
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