Test sin receta

Los ciudadanos que lo deseen podrán acudir a su farmacia habitual y elegir entre dos tipos diferentes de pruebas: la de anticuerpos y la de antígenos. La primera se hace con una gota de sangre y sirve para saber si en algún momento hemos estado en contacto con el virus, no para revelar una infección activa. Para eso tenemos que utilizar la prueba de antígenos, que detecta una proteína específica del coronavirus partiendo de una muestra de exudado nasal o de saliva. Los primeros son los clásicos de introducir el bastoncillo por la nariz, con una toma de muestra más complicada, pero también más probados. El resultado se obtiene de manera similar al de una prueba de embarazo, con un tiempo de espera de alrededor de 15 o 20 minutos.

Se trata de unas pruebas destinadas en principio a obtener información para uso particular, pero, si el resultado es positivo, hay que contactar con las autoridades sanitarias y confirmarlo con una prueba PCR. Un resultado negativo es orientativo, pero no sirve como salvoconducto para salvar barreras sanitarias a la extensión de la infección. O sea, que no vamos a poder viajar o acudir a un concierto esgrimiendo un test de farmacia hecho en casa. Nos van a seguir exigiendo un test oficial.

Los test que se van a comercializar en las farmacias tienen que cumplir unos estándares de especificidad y sensibilidad, pero su sensibilidad es mucho menor que la de la prueba PCR y se pueden obtener falsos negativos. Para que el test sea más preciso, se recomienda hacerlo cuando se presentan síntomas; si la carga viral es baja, o ha pasado poco tiempo desde el contagio, el resultado no será fiable. Además de la fiabilidad de las pruebas, también preocupa la comunicación de los resultados positivos al sistema de vigilancia epidemiológica, que va a depender de la buena voluntad de los pacientes.

A partir de ahora vamos a disponer de esta herramienta, y por un precio módico vamos a saber con un grado de certeza relativamente alto si estamos contagiados o no.

Bien utilizados, estos test pueden ayudar mucho en el control de la enfermedad, ya que podrían darnos una imagen en tiempo real de la circulación del virus en cada territorio. Ahora solo hace falta que los utilicemos bien.