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Seis años han transcurrido ya desde aquel 31 de enero de 2014 en que Mario Fernández dijo a Gil Manzano que el Racing se negaba a jugar el partido de Copa contra la Real. Fueron momentos durante los que todos los que presenciamos ... ese canto a la dignidad nos sentimos orgullosos por cómo se afrontó aquel reto. Reabrió la puerta a ese sentimiento que languidecía por las tropelías que se cometían contra él. Perdimos una vez más y cumplimos el castigo sin amnistía; no como otros.
Por esos azares de la vida, exactamente seis años después de aquel día el Supremo rechazaba el recurso de Ángel Lavín 'Harry', ese hombre que en el corto espacio de tiempo que presidió al club se dio cuenta de su amor irrenunciable. Por eso ha debido luchar denodadamente para recuperar la presidencia que tan torpemente ejerció.
Comienza así otro partido dentro de los compromisos pendientes de un calendario judicial que está tocando a su fin y en el que siempre ha estado Manolo Higuera, un racinguista a cuya labor impagable el racinguismo le debe un reconocimiento. Y Pablo Mora y Javier Noriega.Todos ellos en primera línea, y todos ellos perdiendo plumas por fidelidad altruista a la causa del Racing.
También se ha cerrado ese tiempo de enmiendas en que se convierte el representativo en el mercado de invierno. En este caso con cuatro bajas –y otros que se quedan cantando esa estrofa de 'La del manojo de rosas', que dice: 'Hace tiempo que vengo al taller / y no sé a que vengo'– y cinco incorporaciones que llegan con camisa verde esperanza. Cinco refuerzos que desgraciadamente no podrán disfrutar de un tiempo de cortesía. Porque no hay tiempo para nada. Es un reto endiabladamente embrollado el que maneja Chuti Molina, que parece encontrarse a gusto en su tejer y destejer, atrayendo todas las miradas hacia él. Lo que es una manera de apartarla de otros.
Así llegó el domingo, cuando me quedaba la esperanza de que esa pequeña chispa que surgió en Cádiz, acompañada por las últimas incorporaciones, se transformara en llama. Pero la realidad es como es; no como desearíamos que fuera, y los silencios que se produjeron en muchos momentos en los Campos de Sport me congelaron el sentimiento. Era ese convencimiento de la parroquia de que el equipo no da para más. Pronto cometimos el primer error y el marcador en contra sirvió para que el Racing perdiera –si antes la había tenido– toda la convicción. La expulsión de Laure creó algunas expectativas, pero al Alcorcón le resultó suficiente con un poco de tiempo robado y esperar a que el Racing se estrellase contra su muro. Jordi Figueras, en su elevación consiguió el gol para alcanzar el décimo cuarto empate de la temporada. No da para más. No se han encontrado soluciones a los errores cometidos. Y sigo insistiendo en que el problema no estaba en el banquillo.
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