Secciones
Servicios
Destacamos
La medicina es una profesión vocacional que atrae desde hace muchas décadas a jóvenes que combinan inteligencia, buenos sentimientos por los que sufren, pasión por el conocimiento y capacidad de esfuerzo y superación.
A cambio del enorme y prolongado esfuerzo que supone hacerse médico, y ... de una práctica clínica dura y exigente, los pacientes y la sociedad nos ha regalado con aprecio y reconocimiento, consolidando un prestigio profesional indudable.
Algunos creen que este prestigio es un privilegio; nosotros sabemos que más que una ventaja es una pesada carga que nos obliga a comprometernos más allá de los vínculos laborales o de las regulaciones.
El contrato social implícito entre la sociedad y los médicos es potente, y se ha demostrado en la pasada pandemia covid-19: hemos dado un gran ejemplo de compromiso y entrega, arriesgando nuestra salud y dedicando largas jornadas a cuidar a nuestros pacientes. Pero hay algunas grietas que nos preocupan; problemas que llaman la atención por el contraste con los aplausos y agradecimientos brindados en la pandemia.
Los poderes públicos no están cumpliendo sus compromisos; las instituciones vuelven a la tradicional praxis de abusar de nuestra vocación, ignorando las promesas de reforma; en España estamos llamando a esto el 'retorno a la vieja anormalidad'. Y en los pacientes, agobiados por las esperas y las dificultades para abordar toda la carga de trabajo pendiente de estos años, se nota una creciente irritación, llegando a la agresividad, que con frecuencia se dirige hacia los que tienen más próximos: médicos, enfermeras y otros trabajadores sanitarios.
Ese contrato social implícito se ha ido debilitando; al observarlo los médicos sufren una erosión moral; algunos han tirado la toalla y han decidido no postergar su jubilación. Otros buscan alternativas más confortables que le permitan conciliar su trabajo con la vida familiar. No es aún esa 'gran dimisión' (great resignation) de la que se habla desde 2020 en el mercado laboral de muchos países. Pero es preocupante, porque está quitando recursos y energía para atender las necesidades y demandas de una población que confía en sus médicos para cuidar de su salud.
La profesión médica no puede ni debe ser un espectador pasivo de esta compleja y grave situación de los sistemas públicos de salud en la década del covid. Pero nuestra movilización ha de ser inteligente, serena, firme y perseverante. Y debe incorporar a la mayor parte de nuestros compañeros, por lo que se esencial una pedagogía y una comunicación clara y sincronizada desde todos los ámbitos organizativos de la profesión; fundamentalmente desde los colegios, las sociedades científicas y los sindicatos profesionales,
Durante los próximos días, en el transcurso de la III edición de la Escuela de la Profesión, tendremos la oportunidad de debatir en un entorno sereno de conocimiento algunos de los problemas que atañen a nuestra profesión en el siglo XXI. El sostenimiento de nuestro modelo sanitario, el papel esencial de la Atención Primaria, la publicidad sanitaria, la objeción de conciencia, la seguridad clínica del paciente, la responsabilidad civil profesional y la formación en valores serán algunas de las mesas de trabajo durante estos días.
El objetivo de la Escuela de la Profesión Médica es invertir nuestro prestigio y reputación para que la sociedad y las instituciones mantengan y mejoren los sistemas públicos de salud. En la medida en la que los gobiernos se hacen más irresponsables en sus obligaciones de dotar y cuidar adecuadamente a sus sistemas públicos de salud, nosotros hemos de dar un paso adelante: tanto por el bien de los pacientes, especialmente de los que tienen mayor desventaja social, como por el propio desarrollo de la medicina: en el Siglo XXI no hay alternativa: sin un sistema público de salud potente, que albergue y fomente la docencia y la investigación, la ciencia y el arte de la medicina se desarticularan y entraran en una compleja decadencia.
La revitalización de la relación médico paciente es esencial para todos; es la auténtica clave de todo el arco de la atención sanitaria. La profesión médica debe construir foros para diseñar y facilitar reformas de los sistemas de salud que preserven una medicina centrada en el paciente, y que sea efectiva, segura, amable, integrada, prudente, eficiente y sostenible. Ese es el reto.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.