Secciones
Servicios
Destacamos
Ayer, en el Día Mundial de la Profesión Médica, quiero agradecer a cada uno de los médicos que, con dedicación y entrega, dignifican cada día esta vocación inigualable. Este día no es casual, ni un mero formalismo en el calendario. Surgió fruto de una propuesta ... de la Organización Médica Colegial de España a la Asamblea de la Asociación Médica Mundial, con el propósito de reconocer la dedicación de nuestros colegas y destacar el valor de la profesión médica en todas sus vertientes.
A todos los médicos de nuestro sistema público, que diariamente luchan por mantener a flote la sanidad universal, uno de los logros más preciados de nuestra sociedad. A los médicos del sistema privado, cuya labor complementa el cuidado de miles de familias. Y a los médicos militares, que cuidan de nuestros jóvenes, aquellos que en primera línea ponen en riesgo su vida en defensa de los valores que nos definen como civilización. Como los médicos cooperantes.
A todos vosotros, mi gratitud y admiración. Porque, como decía William Osler, «el buen médico trata la enfermedad; el gran médico trata al paciente que tiene la enfermedad». Vosotros sois el gran médico, el que, día tras día, trasciende la técnica y la ciencia para conectar con la persona que sufre, con el que necesita y confía en su médico. La profesión médica no es solo una tarea, sino un compromiso profundo con el bienestar del ser humano.
Ese día es también una oportunidad para reconocer y agradecer a quienes comienzan el camino de la medicina: nuestros Médicos Internos Residentes (MIR). Jóvenes médicos que, con una fuerza y una vocación admirable, han asumido la responsabilidad de formarse y de crecer en una de las profesiones más complejas y a la vez gratificantes que existen. Ellos son el relevo de una tradición que se remonta siglos atrás, y su valentía y dedicación nos recuerdan que el futuro de la medicina está asegurado. La vida de médico sin duda recompensará ese esfuerzo con momentos de satisfacción, de conexión humana y de aprendizaje constante.
La medicina es, ante todo, una vocación que se nutre de aquellos que sienten el llamado a dedicarse a los demás. Hoy, más que nunca, necesitamos de esas nuevas vocaciones. Necesitamos jóvenes que deseen seguir el camino de Osler, quienes tengan la fortaleza para soportar las largas jornadas, la tensión de las decisiones difíciles y el peso de la responsabilidad. Pero también quienes encuentren en esta profesión un sentido de vida, una fuente de realización que pocas profesiones pueden ofrecer. Ser médico es una entrega que, aunque exige mucho, recompensa con creces, porque no hay nada más valioso que ser parte de la vida de las personas en sus momentos más vulnerables, que tener la posibilidad de aliviar el dolor y la angustia.
Hoy la medicina vive una transformación, y esa transformación tiene nombre: la feminización de nuestra profesión. Cada vez son más las mujeres que eligen esta vocación, y eso es una oportunidad, un cambio que no solo redefine los números, sino también la manera de entender y ejercer la medicina. La creciente presencia de mujeres médicas aporta una sensibilidad y una perspectiva enriquecedora, que fortalece nuestra práctica y nos permite responder de manera más integral a las necesidades de los pacientes. La feminización de la medicina es, sin duda, una oportunidad para avanzar hacia una profesión más humana, más cercana y, en última instancia, más completa.
Y a todos aquellos médicos que actúan en contextos difíciles y remotos, aquellos que llevan la medicina a zonas de conflicto, a lugares donde las carencias superan los recursos y donde la medicina es muchas veces el último bastión de la dignidad humana. La medicina no conoce fronteras, y vosotros sois los embajadores de nuestra profesión en el mundo. Gracias por llevar la luz de la medicina a donde más se necesita, por vuestra valentía y por vuestro compromiso.
Los colegios de médicos, como guardianes de la deontología y el bienestar profesional, somos los responsables de respaldar a todos estos profesionales en su labor. A través de la formación continua, de la orientación ética y del apoyo en los momentos de dificultad, los colegios debemos estar a la altura de la grandeza de esta profesión. Nuestra misión es garantizar que cada médico encuentre en su colegio una fuente de ayuda, un espacio de crecimiento y un aliado en su desarrollo personal y profesional.
Para quienes ya somos parte de esta profesión y para quienes sienten el llamado a unirse a ella, este día es una invitación a recordar que ser médico es mucho más que una elección profesional. Es un camino de compromiso, de sacrificio y de dedicación, pero también de grandes satisfacciones. Es, como decía Albert Schweitzer, «dar un poco de uno mismo en la labor diaria, en el contacto humano».
Quiero cerrar estas palabras con un homenaje especial a los 125 médicos que, en la pandemia de covid-19, entregaron su vida al servicio de los demás. Ellos representan lo mejor de esta profesión, y su recuerdo permanecerá siempre con nosotros, como ejemplo de valentía, de entrega y de profundo amor por la medicina. A ellos, a nuestros héroes, les debemos no solo el recuerdo, sino también el compromiso de honrar su legado cada día en nuestra labor.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.