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La Torre de Estrada, junto con su capilla, su cerca y el foso, forma uno de los conjuntos fortificados medievales con más carácter y atractivo de Cantabria. Su origen se remonta al siglo IX, contemporánea del castillo del Rey de San Vicente de la Barquera, ... y fue reconstruida en el siglo XII. El conjunto fuerte está enclavado en lo alto de un estratégico risco, en el camino o estrada y podría constituir parte del sistema defensivo del norte del reino. Es de planta cuadrada irregular, construida con mampostería ordinaria con recercados de sillería en los esquinales y en las saeteras y ventanas con arco apuntado y de medio punto. Conserva tres plantas, y debía tener un cadalso o baluarte. Se accede a ella por el este por una escalinata que parte del patio y lleva a su puerta con arco de medio punto. En el extremo opuesto del conjunto se encuentra la capilla del XIII, dedicada a San Bartolomé. Es de planta y ábside rectangulares con bóveda de cañón apuntado, tiene dos altas columnas y la puerta con arco de medio punto en el atrio. Sobre el arco de entrada se encuentran dos escudos de armas, de Ceballos y de Estrada, y al lado de la puerta una tosca cruz paté de ascendencia templaria. Diversos canecillos bien conservados, de tosca factura, con representaciones humanas y animales, sobre todo el jabalí, completan en el alero su ornamentación. El conjunto es de propiedad privada, de la familia Duque de Estrada y Herrero, pero cedida por cien años al Ayuntamiento. Está declarada BIC, con categoría de monumento desde 1992, y fijada la Delimitación de su Entorno de Protección por Decreto 62/2006 del Gobierno de Cantabria.
Recientemente, el día 24 de julio, El Diario Montañés publicó un magnífico artículo, firmado por Sara Torre, que ponía en plena evidencia el olvido en el que se mantiene a este monumento, conjunto defensivo de primer orden de Cantabria. En él se afirma que la Torre se reinauguró en 2005 después de haberse gastado más de 600.000,00 euros en su rehabilitación, y que al poco tiempo, al surgir filtraciones de agua en la cubierta, le colocaron un tejadillo formado por unas placas que le sirven de cubierta 'provisional', sustentado por tubos de andamios por todos sus lados. Más lo provisional se ha convertido en permanente, pues así lleva desde entonces. Se ha gastado esa gran cantidad de dinero y todavía ahora, en el año 2022, las filtraciones siguen sin evitarse y sin terminar las obras.
El año 2017, el Ejecutivo cántabro, después de visitar la Torre, anunció un proyecto de 160.000 euros para evitar las filtraciones de aguas. Sin embargo, después del dilatado tiempo transcurrido, la situación sigue lamentablemente igual.
El alcalde de Val de San Vicente en cuyo ámbito se encuentra la Torre, Roberto Escobedo, a preguntas de la periodista, le responde que para poder eliminar el cobertizo y los andamios que envuelven y afean a la Torre desde hace tantos años, habría que redactar un proyecto de una financiación importante y que, mientras tanto, no se puede desmontar el tinglado. Además, lo preocupante es que nada dice sobre su futuro, si tiene algo en marcha o previsto, o la intención inmediata de encargar la redacción del proyecto de reparación de las entradas de agua y finalización completa de las obras de rehabilitación.
Lamentablemente, la desidia, la negligencia y el olvido se han aposentado 'sine die' en este singular monumento fortificado, permaneciendo en el tiempo su lastimosa imagen.
El patrimonio representa los valores culturales y la historia de la sociedad, por ello, su abandono y degradación desmerece a todos los ciudadanos. El patrimonio es también el derecho a sentir orgullo por todos aquellos valores culturales que han forjado a lo largo de los siglos nuestra identidad. Tratar con respeto la herencia de nuestros antepasados es una responsabilidad inexcusable cuando este patrimonio descansa en manos de las instituciones. La inoperancia demostrada por Ayuntamiento y Gobierno de Cantabria para defender y mantener la Torre de Estrada menosprecia el respeto que la sociedad cántabra ha de demostrar por su pasado y avergüenza a cualquier persona sensible.
Grupo Alceda: Javier Ruiz Carvajal, Domingo de la Lastra, Aurelio G. Riancho, Esperanza Botella, Maricel Losada, Miguel de la Fuente, Luis Villegas, Miguel de la Fuente, J. Manuel Pastor, Paloma Sánchez Broch, Luisa Ruiz, María José Trimallez, Montse Marin-Saez, Ana Lastra, Carme Sarasua, Mina Moro, Esther Sainz-Pardo, Manuel G. Alonso,Ana Trimallez, Karen Mazarrasa, María García-Guinea, Digna Fernandez, Juantxu Bazan, M. Antonia de Castro, OrestesCendrero, Rosa Coterillo, Cesar Pombo, Claudio Planás ,M. José G Acebo, Carmen Alonso, Fernando Mantilla, Ignacio G-Riancho, Angelines Basagoiti.
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