Torrelavega 2023: visión, gestión y liderazgo
El peso político de la ciudad a nivel regional no parece que atraviese su mejor momento
BUENAVENTURA GÓMEZ CEBALLOS
Jueves, 1 de diciembre 2022, 07:26
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BUENAVENTURA GÓMEZ CEBALLOS
Jueves, 1 de diciembre 2022, 07:26
Sin concesiones a la nostalgia, podemos estar de acuerdo todos en que Torrelavega no atraviesa sus mejores momentos. Las causas del declive demográfico, industrial y comercial que comenzó hace más de cuatro décadas son bien conocidas, pero su análisis excede el propósito de este artículo.
Las primeras corporaciones democráticas, entre 1979 y 2003, contribuyeron a transformar la ciudad, resolviendo la famosa trilogía de históricas reivindicaciones: agua, rondas y hospital. Se produjeron también avances importantísimos en materia de urbanismo, equipamientos educativos, sanitarios, deportivos y culturales. Y se realizaron obras que los años han demostrado fundamentales como el boulevard-ronda o el encauzamiento de los arroyos que atraviesan nuestra Vega.
Desde entonces, asistimos a retrasos injustificables de todos los proyectos importantes para la ciudad. La ruina del Palacio Municipal, la revisión interminable del PGOU o los repetidos retrasos del soterramiento son solo algunos ejemplos. Entre los ciudadanos cunde el escepticismo cuando se anuncian grandes proyectos a golpe de infografía que, o bien se retrasan sine die, o desaparecen de la agenda municipal tal y como aparecieron. La impresión es que la capacidad y el talento de los torrelaveguenses no han estado muy bien representados en las últimas corporaciones, y que ha faltado visión, gestión y liderazgo en los últimos equipos de gobierno.
No hay en la corporación una visión, metas claras y compartidas a medio y largo plazo para Torrelavega. A finales de 2018 se aprobó el Plan Estratégico del Municipio para 2016-2026 (sí, con dos años de retraso); formalmente correcto pero sin alma, sin prioridades, calendario e indicadores clave y, en el ecuador de su vigencia, no parece que esté resultando un instrumento demasiado útil. Tampoco parece que el debate estratégico ocupe mucho tiempo o merezca mucho el interés de nuestros representantes, más ocupados en llenar las redes sociales con una actividad tan intensa como frívola en la mayoría de los casos. ¿Tenemos o no suficiente suelo industrial disponible en Torrelavega? ¿Es imprescindible el Polígono de Las Excavadas cuando otra de nuestras prioridades estratégicas es potenciar los suelos de alto valor agrológico? Son algunas de las muchas cuestiones que siguen en el aire.
El déficit de gestión es clamoroso, con errores y retrasos inexplicables (sí, más retrasos) en la inmensa mayoría de obras y proyectos -sea cual sea su tamaño y su dificultad técnica- y problemas graves en demasiados departamentos (Servicios Sociales, o el Matadero Municipal, entre otros) con consecuencias negativas importantes para muchos ciudadanos y cientos de miles de euros de quebranto para las arcas públicas.
Tampoco brilla la transparencia. Docenas de facturas sin propuesta de gasto previo -que en su conjunto suman cientos de miles de euros- y con destinos no bien aclarados; imposibilidad de conocer el costo total de determinados eventos o afirmaciones públicas de determinado concejal sobre el coste de una determinada infraestructura que sale a licitación por un importe que quintuplica lo anunciado. Y todo ello sin que los responsables se molesten en ofrecer explicaciones a los ciudadanos. Y no pasarán a la historia de las mejores prácticas democráticas las contestaciones de la alcaldía -por escrito por supuesto- a las preguntas de la oposición en los plenos.
También se ha puesto de manifiesto la falta de liderazgo de nuestros representantes para involucrar a otras administraciones en el impulso de proyectos importantes. ¿Cómo si no puede explicarse el olvido otro año más del soterramiento en el proyecto de PGE 2023 que salió del Consejo de Ministros? ¿O cómo explicar que sigamos sin noticias de los departamentos del Gobierno Regional cuyo traslado a Torrelavega está comprometido desde hace años? Son solo dos de muchos otros ejemplos. El peso político de la ciudad a nivel regional no parece que atraviese su mejor momento, y ese es otro lastre importante para nuestro futuro.
A seis meses de las elecciones, ¿qué necesitamos los torrelaveguenses de las distintas formaciones políticas? En primer lugar que los programas electorales no sean cartas a los Reyes Magos sino un conjunto ambicioso y bien trabajado de proyectos concretos, definidos con criterios profesionales, y alineados con una visión estratégica sobre el futuro de la ciudad. En segundo lugar, que sus candidaturas estén integradas por mujeres y hombres con capacidad de trabajo y de gestión acreditadas, prescindiendo, si es posible, de quienes ya han demostrado que no las tienen. Y en tercer lugar, una vez constituida la nueva corporación, un pacto lo más amplio posible que incluya el compromiso de todos los grupos, con los proyectos que se acuerden prioritarios, fijando hojas de ruta y plazos realistas. Y que ese compromiso incluya su defensa irrenunciable ante otras administraciones -independientemente de su color político-.
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