Torrelavega y la crisis

Al fin de la batalla, / y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre / y le dijo: '¡No mueras, te amo tanto!' / Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. / Se le acercaron dos y repitiéronle: / '¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!' / Pero el cadáver ¡ ... ay! siguió muriendo. / Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil, / clamando '¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!' / Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. / Le rodearon millones de individuos, / con un ruego común: '¡Quédate hermano!' / Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. / Entonces todos los hombres de la tierra / le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado; / incorporóse lentamente, / abrazó al primer hombre; echóse a andar...». Este es el conocido poema de César Vallejo titulado 'Masa'. Pertenece al libro 'España, aparta de mí este cáliz'. Tiene un contexto claramente bélico. Pero como toda obra creativa, especialmente la poesía, cada lector puede hacer una interpretación a partir de lo que a él le sugiera. De un modo muy libre, yo pensaba en Torrelavega, una ciudad herida en los últimos años por una fuerte crisis. ¿Qué sucedería si todas las instituciones, partidos, organizaciones empresariales y de autónomos, sindicatos, fuerzas sociales la abrazasen y tratasen de resucitarla económicamente buscando alternativas, posibles soluciones? Ya lo sé, no es tan fácil. No soy tan ingenuo. Hoy me ha salido la vena mística. Pero se podría intentar. Torrelavega tiene un pasado de personas emprendedoras, arriesgadas, que hicieron de la ciudad un referente industrial, comercial, ganadero y social. Y en unos tiempos también difíciles. Leamos los libros de nuestra historia. Las jóvenes generaciones esperan ansiosas, llenas de incertidumbre, soluciones frente a la alternativa de tener que emigrar y dejar tierra, familia y amigos y quedarse con los recuerdos.