Transmisión por aeroles

Domingo, 23 de agosto 2020, 07:42

Certificar la forma de transmisión del coronavirus no es fácil, ya que la ética impide ir exponiendo a personas sanas al virus para ... comprobar qué tipos de contacto hacen que caigan enfermos y cuáles no. La postura de la OMS ha ido evolucionando durante la pandemia, en función de las evidencias que se han ido presentando, y si bien al principio se centraban en las microgotas y la transmisión a través de superficies, han terminado admitiendo, con ciertas reservas, la posibilidad de transmisión aérea, o más correctamente expresado, transmisión por aerosoles.

Hay que decir que la transmisión por microgotas o por contacto con superficies contaminadas tampoco han podido ser comprobados científicamente por los mismos motivos antes expuestos, y que se trata de suposiciones fundamentadas en el comportamiento de virus conocidos y en factores que sí se han podido determinar, como la capacidad infectiva del virus después de pasar un tiempo expuesto sobre diversas superficies.

Ahora, muchos expertos advierten que es posible que hasta el 75% de los contagios se deba a la transmisión por aerosoles. Para entender mejor cómo se lleva a cabo, voy a tomar prestado el ejemplo a José Luis Jiménez, profesor de química en la Universidad de Colorado. El humo es un aerosol, así que vamos a imaginar que estamos con un fumador. Que nos alcance el humo exhalado por el fumador no depende sólo de lo cerca que estemos de él; si estamos en una habitación cerrada, el humo terminará por invadirla completamente, pero si estamos al aire libre dejará de afectarnos incluso a poca distancia. Lo mismo pasa con los aerosoles de saliva y fluidos respiratorios exhalados por afectados del coronavirus, de hecho, hablan de tasas de contagios hasta 20 veces menores en el exterior.

Para estos expertos, el control de la pandemia depende fundamentalmente del uso de la mascarilla, sobre todo si estamos en espacios cerrados con poca ventilación. Esto choca con las recomendaciones de la OMS, que pide las mascarillas solo si no se puede mantener una distancia de un metro. Hay que tener en cuenta que la OMS es una institución conservadora, que necesita de mucha evidencia científica para cambiar de opinión, y sus recomendaciones acerca del uso de las mascarillas a lo largo de esta pandemia ilustran perfectamente el ejemplo.

Aunque no haya pruebas científicas incontestables que avalen la transmisión del coronavirus por aerosoles, no nos costaría tanto evitar reuniones de muchas personas en lugares cerrados, y utilizar las mascarillas siempre que nos encontremos en esa situación. Una prevención más a sumar a la higiene y la distancia social, que puede ayudar a controlar la pandemia de una vez por todas.