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El Centro de Documentación e Imagen de Santander (CDIS) ha organizado una exposición sobre la obra gráfica de Joaquín y José Luis Araúna, dos fotógrafos, padre e hijo, que han visto, vivido y plasmado en imágenes el siglo XX en Cantabria. La muestra merece una ... visita, porque es una oportunidad de contemplar el Santander que fue y ya no existe o el que se mantiene frente los nuevos tiempos. José Luis Araúna, un excelente fotógrafo y persona de bien, trae a mi memoria el periodismo de las décadas de los sesenta, setenta y ochenta del pasado siglo. Y cuando la vista se vuelve hacía esos años tres nombres aparecen como luminarias: Pablo Hojas, Manuel Bustamante y José Luis Araúna.
Los tres han sido pilares del periodismo gráfico en Cantabria y profesionales que tuvieron que superar dificultades de todos los colores e intensidades. Ahora, cuando todos llevamos una cámara fotográfica en nuestro teléfono móvil, es complicado valorar la tarea de quienes entonces debían captar imágenes con una cámara de gran tamaño, regresar a la redacción y allí revelar primero el negativo y más tarde el positivo. Y todo para que la reproducción en papel prensa, con los anticuados procedimientos de impresión, llegara a los lectores con una baja calidad, sin apenas contraste y, por supuesto, en blanco y negro.
A ese complejo procedimiento técnico hay que añadir el hecho de que los fotógrafos se desplazaban generalmente en su propio coche y debían viajar, por aquellas carreteras, muchos kilómetros al día. Hojas, Bustamante y Araúna dedicaron íntegramente sus vidas a captar la vida cotidiana, los actos oficiales, las tragedias y las fiestas. Su aportación a la historia es muy relevante, porque merced a su esfuerzo es posible ahora documentar la forma de vida de un tiempo pasado que ya se antoja lejano, muy lejano.
Pablo Hojas reinó en el diario 'Alerta', el periódico fundado por el régimen de Franco tras la guerra civil y mimado por el gobierno hasta la llegada de la democracia. Pablo supo anticipar la importancia histórica de su trabajo y archivó, con mimo, sus negativos, abrió un comercio para hacer fotos de la BBC (Bodas, bautizos y comuniones) y material fotográfico. Su legado en el CDIS es de incalculable valor. De los tres reporteros gráficos solamente Hojas ha tenido continuidad en su hijo que, desde varios medios de comunicación y especialmente en el diario 'El País', ha marcado una etapa de fulgor y arte en la fotografía periodística.
Manuel Bustamante fue el redactor gráfico de El Diario Montañés. Trabajador infatigable, siempre con una sonrisa, jamás una queja y cumplidor con sus encargos. Viví junto a él muchos acontecimientos y las dificultades que tuvo para realizar su tarea. En ocasiones debía montar estudios de revelado en los baños de una cafetería, en un cuarto de hotel... siempre pendiente de llevar carretes de película por si surgía algún imprevisto. Bustamante deja también sus fotografías en el CDIS, pero, por desgracia, una parte de la historia que captó con sus cámaras fotográficas se ha perdido.
José Luis Araúna, el superviviente de ese trío de ases, llegó a la fotografía por tradición familiar y además de ser el cámara del periódico -desaparecido hace años- 'La Gaceta del Norte', en su edición para Santander, ocupó en el Hospital Valdecilla la plaza de fotógrafo para documentar los trabajos de investigación de los médicos y plasmar en imágenes la vida y la historia del hospital. Araúna es un redactor gráfico con especial sensibilidad y una depurada técnica. El reconocimiento que supone esta exposición en el CDIS hace justicia a su trayectoria.
Junto a estos tres retratistas del reciente pasado de Cantabria, para hacer justicia, habría que evocar la figura de otros muchos. Tengo especial recuerdo de Tino Lobera un personaje que ha dejado huella en Cantabria. Primero como portero del Racing y más tarde como pionero de la televisión en nuestra comunidad. Comenzó con una rústica cámara de cine portátil que funcionaba con cuerda, como los viejos juguetes, y que filmaba una película de menos de un minuto. Esa grabación se enviaba a TVE en Madrid en el tren y así se podían ver los goles del domingo en los campos de Sport de El Sardinero el lunes o el martes, en el entonces único canal de TV. Los Lobera, Tino y Luis, fueron corresponsales de TVE en Cantabria. La saga Lobera continua en el presente y con dinamismo y acierto.
El periodismo cántabro ha reconocido con premios y distinciones a estos redactores gráficos, pero ahora es momento de acercar sus vidas y su obra al primer plano de la actualidad.
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