Tres mayorías absolutas

El primer intento será la reedición de la coalición con los socialistas. Pero esta vez se mezcla con la escena nacional y el intercambio de favores en la investidura de Pedro Sánchez. Dado que esta y la posterior gobernabilidad todavía no están claras, los compromisos que adquiera Moncloa con el PRC podrían ser papel mojado durante los próximos meses, mientras que las concesiones regionalistas al PSOE en Cantabria serían ya efectivas desde la formación de los ayuntamientos. Unos cobrarían al contado y otros con un pagaré en que hay que aceptar pulpo como animal de compañía. Una vez que Sánchez sea investido, no hay matemáticas para una moción de censura: si incumple con el PRC, este solo podrá tomar represalias serias en la propia Cantabria.

Y esa es la función 'espada de Damocles' de las dos coaliciones alternativas. Muy cómoda resultaría con Ciudadanos, aunque no tanto para los alcaldables regionalistas que dependen de los socialistas. La alianza con los liberales tendría mejores bases si en el plano nacional hubiera acuerdo PSOE-Cs. Sin embargo, esto es improbable, porque Rivera quiere ser la alternativa al PSOE, no su ayudante. (Esto mismo hace probable que Gema Igual repita como alcaldesa).

Finalmente, aunque el clima entre PRC y PP ha mejorado, una coalición súbita sería una sorpresa. Hay una nueva etapa, pero deberá madurar. El PRC tiene otras opciones en Cantabria, y el PP en Santander. Y los pactos son hijos de la necesidad.