Un triángulo artífice del milagro
LA TIERRA DORMIDA ·
El doctor Palacín, el matrimonio Arce-Gómez y Monseñor Herrera, claves en el proyecto del colegio Fernando ArceSecciones
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LA TIERRA DORMIDA ·
El doctor Palacín, el matrimonio Arce-Gómez y Monseñor Herrera, claves en el proyecto del colegio Fernando ArceLa tremenda fuerza que ha tenido Torrelavega, su potencial innovador, la vanguardia en muchas propuestas, generaron un poder enriquecedor en muchos sectores que puso en ... relevancia la solidez de una sociedad que fue capaz de hacer una ciudad prometedora, cuya viabilidad y futuro deben dejar de estar en entredicho. Fruto de ese ánimo adelantado fue, hace medio siglo, a creación del Centro de Educación Especial Fernando Arce, cuyo nacimiento fue posible merced a un triángulo determinante para que los chicos y chicas «con otras capacidades» abandonaran el silencio en una sociedad ignorante y asustada, incapaz de asumir la diferencia. Hay tres personas, que 50 años después, no debería olvidarse: don Alejandro Palacín Poveda, puericultor, proponente de la idea; don Fernando Arce Alonso y su esposa doña Victoria Gómez, acaudalados empresarios que pusieron los medios económicos, y Monseñor don Teodosio Herrera que se pilotó el proyecto hasta hacerlo realidad. Cuando se celebra la efeméride hay que recordar el matrimonio Arce-Gómez, que dejó en el frontispicio de esta institución el nombre de un hijo, médico, fallecido prematuramente. Don Fernando Arce Alonso era un torrelaveguense, abogado de éxito, que se planteó el reto de reiniciar su actividad profesional en Madrid en los años 40. Durante unos años mantuvo la actividad jurídica, pero poco después se dedicó a los negocios. Era consejero de la Fundación del Amo -un ilustre hijo de Suances que hizo fortuna en Estados Unidos, y a quien Arce gestionaba su inmenso patrimonio- cuyo objetivo principal era promover la formación de estudiantes norteamericanos en España y de españoles en California. Fue, también, quien en los años de la incipiente apertura económica, propició la llegada a España de los Laboratorios norteamericanos Lilly.
Arce Alonso hizo su fortuna gracias a la referida industria farmacéutica y cosmética, patente de las famosas «Vitaminas Micebrina, una al día». También explotaba la patente de los laboratorios Margaret Astor. En 1968, Franco, atendiendo «a su generosa actuación en el campo de la beneficencia, con importantísimas inversiones de tipo económico a favor del vecindario de Torrelavega» le concedió su ingreso en la Orden Civil de Beneficencia y categoría de Gran Cruz. La Corporación que presidió Jesús Collado, en 1964, le puso su nombre a una amplia avenida, le concedió a su esposa la Medalla de Oro de Torrelavega, y a ambos, el título de Hijos Predilectos de la ciudad. Quizás haya llegado el momento de poner oro a una de las joyas de la corona sociales que tiene esta ciudad.
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Ana del Castillo
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