Tribulaciones municipales en el combate frente a la pandemia
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ANÁLISIS ·
El consenso en la reivindicación de recursos del Estado y de la UE por parte de alcaldes de todos los colores no tiene reflejo entre los partidos políticos cántabrosNo es que Cantabria reciba mucho dinero para ayudar a los sectores más golpeados por la pandemia, pero en fin, alguna calderilla va llegando.Los que no perciben nada son los municipios que están haciendo frente a la crisis sólo con los recursos ... propios. El consenso con el que los ayuntamientos de todos los colores reclaman más fondos estatales y europeos se desbarata en el Parlamento de Cantabria, donde las fuerzas políticas muestran posiciones muy diferentes.
Ni siquiera se puede discutir que los ayuntamientos, la administración más cercana al ciudadano, se ha entregado al combate frente a la pandemia muy por encima de sus competencias y de sus posibilidades económicas. Las previsiones presupuestarias de los municipios saltaron por los aires para atender un gasto enorme e imprevisto. Hasta 25 millones en un ayuntamiento grande como Santander, decenas o cientos de miles en los pequeños y medianos: desde el refuerzo de la limpieza en colegios, instalaciones y calles, a la adquisición de material de protección sanitaria o a las ayudas directas a las familias más dañadas por la crisis y el desempleo, en un sobreesfuerzo agravado por los aplazamientos en el cobro de tasas e impuestos para aliviar las economías de los vecinos y de los negocios.
Para afrontar la lucha frente la pandemia, proyectos importantes para los municipios se han quedado en el camino, postergados 'sine die'. Además, durante muchos meses los ayuntamientos no han podido disponer de sus remanentes porque así lo prohibía la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera impulsada por el Gobierno Rajoy, en 2012, en plena crisis. En muy buena medida se trataba, entonces y también más tarde, de cuadrar las cuentas del Estado a costa de los ayuntamientos.
Después de muchas reclamaciones, al menos ahora el Gobierno autoriza a los municipios a emplear parte de ese superávit -en Cantabria unos 275 millones de euros de un total de 400- en sus proyectos, pero les obliga a hacerlo este mismo año 2021. Una inyección importante que, sin embargo, resulta difícil de aplicar, sobre en los ayuntamientos más pequeños y con menos medios, por lo que demandan la ampliación del plazo de actuación a 2022.
Pero, en todo caso, se trata del dinero propio que los municipios han ido ahorrando. De la cuota que les ha de corresponder de los 140.000 millones de los fondos europeos nada se sabe todavía: ni cuánto ni cuándo ni cómo. Un grupo de alcaldes de toda España y de muy diversos partidos, del que forma parte el regidor de Torrelavega, Javier López Estrada (PRC), reclama en nombre de todas las corporaciones 5.000 millones al Estado para un fondo de reconstrucción local y otros 20.000 millones del pastel europeo para los ayuntamientos. En esta ofensiva participa hasta el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, portavoz nacional del PSOE. Sin embargo, el también socialista Abel Caballero, alcalde de Vigo y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), se ha mostrado demasiado sensible a las presiones del Gobierno Sánchez en las negociaciones que ha llevado a cabo hasta el momento, como ha sugerido, entre otros, la alcaldesa de Santander, Gema Igual, que forma parte de la Junta de Gobierno de la FEMP.
La reivindicación de las corporaciones locales de ayudas del Estado y de los fondos europeos ha llegado al Parlamento de Cantabria, sin alcanzar el consenso acreditado por los alcaldes. La propuesta del PP, defendida por su diputada y secretaria general, María José González Revuelta, tuvo el apoyo, con algún desencuentro dialéctico, del PRC, representado por Pablo Diestro, diputado, alcalde de Reocín y presidente de la Federación de Municipios de Cantabria (FMC). O sea, que alientan la iniciativa los dos partidos que gobiernan 80 de los 102 municipios de Cantabria. También Ciudadanos, con un alcalde, el de El Astillero, y presente en unos cuantos pactos municipales, dio su apoyo a la propuesta. Vox, que no tiene regidores y apenas representantes locales, se abstuvo y el PSOE votó en contra para defender al Gobierno Sánchez, por más que el partido gobierne un buen puñado de municipios importantes en Cantabria.
En el rifirrafe parlamentario, algunas evocaciones del pasado por parte de la portavoz socialista, Noelia Cobo, sobre la normativa aprobada por el Ejecutivo Rajoy que impedía a los ayuntamientos disponer del superávit acumulado y sobre los recortes a los fondos municipales que por la misma época aplicó el Gobierno popular de Ignacio Diego en Cantabria. En efecto, así fue. Los ayuntamientos perdieron el 75% del dinero que les llegaba a través del Fondo de Cooperación Municipal del Ejecutivo regional. Aquel tijeretazo sulfuró a los alcaldes, también a los populares que entonces eran mayoritarios, y fue quizá uno de los factores causantes del descalabro del PP en las elecciones de 2015. Así que mucho ojo, porque este asunto de la financiación municipal tiene un gran calado político.
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