El trípode

El posicionamiento no sorprende. Por un lado, es inicio de negociación y se piden máximos como estrategia. Por otro, el ascenso de Bildu en los sondeos preocupa en Sabin Etxea. ¡Ojo con el 'sorpassoa'! En la medida en que socialistas, Podemos y compañeros de convoy parlamentario vayan aceptando estos planteamientos, el impacto sobre Cantabria será doblemente relevante, primero como parte del conjunto de España y, después, como vecina de un foralismo convertido virtualmente en estado confederado. Esas cosas nunca salen gratis. Como decía David Hume de dos que se habían peleado en la tienda de porcelanas, primero hay que restañar las heridas y luego... pagar la porcelana rota.

Puede que España sea una nación inacabada, pero Euskadi y Cataluña son en todo caso naciones 'inempezadas'. Por eso hay que poner tanto empeño en 'nacionalizarlas' a todo trapo con boletines oficiales, escuelas, televisiones, subvenciones, politización del idioma y formación de un sentimiento 'políticamente correcto', en el que no ser soberanista se vea como anomalía, traición o deficiencia espiritual, algo poco 'trending'. Como si Unamuno hubiera sido menos vasco que Sabino Arana, o Josep Pla menos catalán que Carles Puigdemont.

Esos planes, dejados a su libre albedrío, se convertirán en profecías autocumplidas. Por eso conviene observar que, según otras opiniones igualmente respetables, esas regiones no son naciones ni pueden blindarse ante los tribunales que protegen los derechos de las personas. Cómo de fundamentales serán los derechos fundamentales, que ni naciendo en Bilbao te corresponden más.