Turismo histórico

No nos quejemos. Las cosas del Palacio municipal siguen despacio, pero la idea de convertirlo en Parador no nos sedujo. Tenemos una llana, amplia y hermosa vega para pasear sin esfuerzo; eso bien lo agradece el turista. Al parecer, ya muy pronto, con el ascensor panorámico de Nueva Ciudad, salvaremos en un minuto esa vertiente de diez metros desde la pista deportiva hasta plaza de las Autonomías y la zona universitaria de Tanos. No es la cuesta de la Atalaya, pero van a beneficiarse muchos vecinos, y para el turismo será un atractivo más. Puestos a salvar desniveles tenemos la ruta del Cementerio y el ascenso a La Montaña. Bueno, menos mal que ahí te llevan, y se soluciona con un asfaltado de vez en cuando. No descarto el aliciente del monte Dobra. En más de una ocasión estuve a punto de hacer el recorrido completo invitado por don Amable. Hoy reconozco que es mi asignatura pendiente, pero con tantos proyectos no pierdo la esperanza de un teleférico hasta la cima. Y además, al final -algo así decía Humphrey Bogart-, siempre nos quedará Torrelavega.