Ucrania

Gracias a las vacunas, potenciada la inmunidad e incrementadas nuestras defensas, podemos enfrentarnos a muchas epidemias de elevada mortalidad. Hoy, por fortuna, de algunas como la viruela ya nos hemos olvidado. Por desgracia no han sido suficientes las dos últimas grandes guerras mundiales, ni la nuestra, ni la más reciente de los Balcanes, para inmunizarnos frente a la guerra.

Con más de 70 años, el filósofo Kant editó en 1795 su ensayo 'Sobre la paz perpetua'. En tamaño bolsillo, es muy breve y de fácil lectura. Ahí sigue, pero me temo que muy poco leído por los políticos. Immanuel Kant está enterrado en la catedral de Königsberg, pero no intentemos encontrar esta ciudad alemana, antigua capital de Prusia oriental. Desde 1945 es rusa y se llama Kaliningrado. De allí fueron expulsados por Stalin todos los alemanes, absolutamente todos, y reemplazados por población ruso soviética. Una salida al Báltico y una buena enseñanza para Putin que invita a todos los ucranianos a abandonar sus ciudades, porque va a bombardearlas. Un bonito detalle. No importa que cada misil Taurus cueste un millón de euros. ¿Será ese su objetivo para después colonizar Ucrania con rusos? Mientras, desde su búnker, Zelenski invita al heroísmo: ¡Armas al pueblo! Ya habla de reconstruir. Ropa, alimentos, medicinas..., ahora Sánchez enviará armas. También ha llegado la hora de remitir ataúdes y medallas. ¡Pobre Ucrania!