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Último adiós a Benedicto XVI

Sería deplorable que el tránsito que la muerte de Ratzinger supone para la Iglesia desatara movimientos ventajistas contra el Papa

Viernes, 6 de enero 2023, 07:56

El funeral por Benedicto XVI, presidido por el Papa Francisco, y el entierro del emérito en la cripta de la basílica de San Pedro dieron paso ayer a una nueva etapa para la Iglesia católica en la que es posible que las distintas posiciones que ... conviven en su seno se manifiesten sin la contención que propiciaba la entente entre Bergoglio y Ratzinger. Una etapa en la que corrientes teológicas y de pensamiento social, estamentos de la jerarquía, órdenes religiosas y un catolicismo con retos muy distintos según los diferentes lugares del mundo podrían tratar de encontrar espacios propios en un pontificado que perciban abierto o maleable. La solemne sobriedad que al parecer había requerido Benedicto XVI para su último adiós encontró en la fría y neblinosa mañana de ayer en Roma un marco poco favorable a las emociones, con una afluencia de fieles menor de la prevista por el Vaticano, atenuando la solicitud de que sea declarado santo inmediatamente. Tampoco era una ceremonia de Estado, por lo que el reconocimiento internacional de la figura de quien ejerció como Papa durante casi ocho años quedó, especialmente para sus incondicionales, por debajo de la influencia intelectual y efectiva que tuvo y continuará teniendo en la Iglesia.

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