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Conozco a Juan de Miguel desde hace muchos años. Admiro tanto su trayectoria profesional en Grupo SIEC, como su calidad humana, las cuales destacan por igual. No obstante, él nunca se echa flores a sí mismo ni presume. De hecho, huye del halago y la ... vanidad. No le gusta estar en el foco, le gusta trabajar y buscar siempre aventuras nuevas. Hace poco nos contaba que acaba de abrir una sociedad para trabajar en Marruecos con un nuevo partner tecnológico. No en vano es uno de los que mejor ha sabido adaptarse a los tiempos y sobrevivir con notable éxito a las tres últimas grandes crisis económicas.
Juan es uno de los nuestros, de hecho ha sido miembro de nuestra junta directiva varios años. Me siento orgullosa de que sea un miembro activo de la Asociación Cántabra de Empresa Familiar (Acefam). Pero, sobre todo, me hace muy feliz que la sociedad empiece a dirigir la mirada hacia los empresarios y reconozca nuestra valía y nuestra contribución al bienestar del conjunto de los ciudadanos. Entiendo que esto es, en parte, lo que ha conseguido el grupo de opinión Quercus concediéndole el título de Torrelaveguense Ilustre del Año. Muchas gracias también en nombre de tantos empresarios y empresarias de Cantabria. Nosotras, las familias empresarias de España, hemos decidido que ya ha llegado el momento de dar la cara. Dar un paso adelante y participar activamente en el debate público sobre lo que creemos que puede ser nuestra sociedad, nuestro país y nuestra región. Consideramos que estamos muy legitimados para ello porque hemos demostrado que somos el motor económico de la sociedad y sabemos gestionar con éxito. Con este ánimo nuestra primera misión ha de ser reivindicar la figura del empresario familiar y combatir la imagen torticera que algunas personas difunden sobre nosotros. Craso error.
Juan puede ser perfectamente el arquetipo de los empresarios que queremos para nuestro país y para nuestra región. No es un señor con tripa, puro y sombrero de copa. Si quieren verlo, seguramente será en alguna obra o visitando algún cliente. Afortunadamente para todos, como Juan tenemos muchos más, hombres y mujeres que se devanan los sesos cada día para sacar sus negocios adelante. Tener éxito en eso es generar empleo y prosperidad en el territorio. Lo sabemos perfectamente y por eso aceptamos el compromiso de generación en generación.
Las familias empresarias nos sentimos responsables con nuestra gente y nuestro entorno. Queremos perpetuar el legado de nuestros padres y abuelos. Así que no duden que Juan llegará hasta donde el cuerpo aguante y más allá. ¡Enhorabuena, amigo!
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