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Valdecilla es para el PSOE un gran problema de propaganda política: no puede hacerla y, sin embargo, es el buque insignia de una sanidad ... pública de calidad. Por eso, tratan, como el diputado Casares en una reciente tribuna, de falsear la realidad y confundir a los ciudadanos, a ver si se olvidan de que Valdecilla le debe históricamente muy poco al PSOE.
En su nacimiento, la Casa de Salud Valdecilla no tuvo nada que deber al PSOE. Se debió al mecenazgo del Marqués, empresario indiano con vocación social, y a la Diputación Provincial. En la gran reconstrucción y creación del Centro Médico Nacional, a principios de la década de 1970, tampoco. Fue el doctor Segundo López Vélez el verdadero impulsor de la transformación, complementada con la Residencia Cantabria. Lo que hizo el PSOE fue despedirle sin contemplaciones cuando llegó al poder en 1982. Y de la tercera remodelación de Valdecilla tampoco es partícipe el PSOE. Las transferencias sanitarias a Cantabria las realizó el Gobierno de José Joaquín Martínez Sieso, del Partido Popular, e incluyeron, por exigencia de nuestro partido, el compromiso del Gobierno de España de financiar íntegramente las obras de reconstrucción del hospital tras el trágico accidente del 2 de noviembre de 1999. De ahí el convenio plurianual firmado por el Gobierno de José María Aznar por el que el Estado se comprometió a financiar las obras con 206 millones de euros entre los años 2002 y 2007.
Nada se debió a los socialistas, ni la negociación ni el logro.
Lo que sí se debió a los socialistas fue que Rodríguez Zapatero dio por cancelado el convenio cuando faltaba por ejecutar prácticamente toda la tercera fase de construcción del hospital. Entonces, empezó una exasperante ralentización de las obras, dificultades para financiarlas exclusivamente con cargo al presupuesto de la comunidad y, de rebote, dificultades para atender otros gastos del Servicio Cántabro de Salud, que empezó a acumular una deuda colosal.
Sé de lo que habló porque cuando asumí la Consejería de Sanidad, en 2011, la deuda con proveedores ascendía a 261 millones; la obra estaba paralizada; acumulaba un sobrecoste de 194 millones y no había un euro en los Presupuestos del Estado para el hospital porque el PSOE no quiso poner nada más de lo que había dejado comprometido y firmado el Gobierno de Aznar.
El único periodo en el que Cantabria no recibió ni un euro del Estado fue con Zapatero, entre los años 2008 y 2012, y no pagó las anualidades hasta 2007 por decisión propia, sino porque estaba obligado a ello puesto que el PP lo había dejado atado y bien atado.
Tuvo que venir el Gobierno de Mariano Rajoy para que, en 2013, volviera el flujo de dinero del Estado.
La realidad es que, con todos los gobiernos del Partido Popular, se han consignado en los presupuestos partidas para Valdecilla. Gracias al compromiso de Aznar, 206 millones, y al de Rajoy, 79. En suma, 285 millones íntegramente para las obras del hospital, frente a los cero euros de Zapatero. Así que lo que ahora aporte el Estado no es más que pagar una deuda de los socialistas con Cantabria y con diez años de retraso.
Nadie ha hecho un esfuerzo presupuestario mayor por Valdecilla que el PP y, además, terminamos las obras en tiempo récord, 15 meses, pese a la oposición del PSOE, que tuvo que vender su sede para pagar los pleitos contra nuestra solución para acabar el hospital.
Está claro que los socialistas lo tienen muy difícil para ponerse medallas con Valdecilla y de ahí su empeño permanente en desacreditar al PP y tratar de engañar a la opinión pública.
Todas las vueltas dadas hubieran sido innecesarias si, en lugar de desentenderse, el PSOE y el PRC hubieran mantenido más allá de 2007 el convenio para financiar Valdecilla de acuerdo con el principio que inspiró la transferencia de sanidad: Valdecilla lo tiene que pagar íntegramente el Estado. Este principio lo ha defendido leal y coherentemente durante veinte años el PP, pero no el PRC ni el partido del señor Casares, al que le valdría más empezar a preocuparse por el deterioro sin precedentes que sufre nuestra sanidad pública.
Frente a los casi 300 millones aportados por los gobiernos del PP, el PSOE carece de argumentos serios y de ahí su necesidad de propaganda para ocultarlo a ver si, repitiendo mil veces una mentira, logra que pase por verdad.
Los socialistas solo han sido gestores, y malos, de lo que otros han conseguido. Debe de ser muy duro que la principal entidad del estado del bienestar en Cantabria les deba tan poco. En el PP, en cambio, estamos orgullosos de nuestra aportación a Valdecilla, que seguirá siendo siempre una prioridad.
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