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En el último cuarto del siglo XVIII Cañadío era un lugar verde donde, como en todos los alrededores de la villa, se cultivaban viñas y en su orilla se apilaban cañas que servían para atar las parras y hacer artes de pesca. La bahía formaba ... un playazo que se denominaba la Maruca, y así lo describe Pereda en 'Sotileza': «Estaba tentadora la Maruca cuando pasaron junto a ella los cuatro muchachos que se encaminaban a San Martín».

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eldiariomontanes Ayer y hoy de Cañadío