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El historiador Rafael González Echegaray describió la bahía como un gran escenario azul en cuyo telón de fondo se contemplaba, en su parte inferior, un festón verde con la imagen actual de sus pueblos y, sobre ello, la orografía de media provincia contemplando el cambiante ... color de la bahía, las luces del agua y del sol con cejas de fuego en los días de Sur. Santander es una península batida en su costa Norte por la fuerza cambiante de un Cantábrico que ha dibujado en sus rocas una geología sorprendente de singular belleza, mientras su costa Sur es acariciada por las aguas tranquilas de su bahía. Entrada ya la segunda mitad del siglo XVIII, Santander era una pequeña ciudad encerrada en su muralla medieval con su pequeña puebla marinera, extramuros; el resto de la península era un mundo verde, con sus huertos rurales plantados de viñas y hortalizas. Naciendo el siglo XIX, al ir creciendo la ciudad hacia Cuatro Caminos, el Ayuntamiento creyó oportuno construir el primer parque público. Se trazó la Alameda Primera, plantando –según relato de Simón Cabarga– hileras de álamos y chopos que llegaron a formar un túnel verde, siendo talados cuando la construcción del barrio de la Florida y el tráfico exigieron un nuevo urbanismo.
En 1794 el Mariscal Pignatelli, temeroso de un posible desembarco francés en las playas de nuestra costa norte, trazó un camino militar sobre toda la cresta de la colina que defendía la villa de los vientos del norte, desde los fuertes de Liencres y la Virgen del Mar hasta los de La Magdalena. A finales del XIX se amplió el primitivo camino y en el nuevo Paseo del Alta, en la acera orientada al Sur, se edificaron residencias con magníficos parques privados como Altamira y Jado. Tanto estos como los públicos son joyas verdes de la ciudad.
En 1988 Enrique Loriente, «para amar y posteriormente conservar, tal y como ha perdurado hasta nosotros, el legado de los mayores», publicó 'Parques y Jardines de Santander', un exhaustivo catálogo de los árboles que existían ya no sólo en parques y jardines sino también en avenidas, paseos, calles, plazas y cualquier rincón de la ciudad; después se crearon los Parques Sotileza-Del Agua, La Teja y la Vaguada de Las Llamas. Espacios para descansar, pasear, conversar, espacios al que acaba de añadirse el nuevo Parque 2020, diseño del paisajista Luis González-Camino en la loma que desde el Faro desciende hacia Cabo Menor. En él se han trazado caminos y se han plantado 144 árboles recordando las víctimas que la dolorosa pandemia causó en Santander, nuevo espacio y caminos ya recorridos gozosamente por santanderinos y visitantes que han disfrutado del extraordinario paisaje que se divisa.
Las ciudades se construyen con el amor, entusiasmo y constancia de muchos de sus habitantes.
Los geólogos y científicos que dieron a conocer la riqueza geológica y la belleza de lo que bautizaron como «Costa Quebrada» han visto ahora reconocido su trabajo, su saber y su constancia con la inclusión de «Costa Quebrada» en el Catálogo Internacional de Geoparques, un reconocimiento de la UNESCO de la riqueza natural de Santander y de Cantabria. En el mes de diciembre de 2023 El Diario Montañés nos informó que la revista británica 'Monocle', especializada en negocios y tendencias, situaba a Santander en el segundo lugar de las cincuenta ciudades mejores del mundo menores de 350.000 habitantes, valorando su tranquilidad, sus entornos, sus posibilidades económicas y su activa escena cultural. Además, Santander pertenece al exclusivo club de 'Las bahías más bellas del mundo'.
Todo esto lo sabemos los santanderinos, pero los que pasean habitualmente por los mismos lugares, en ocasiones, advierten de palabra o por escrito de defectos por uso sin corregir o de abandonos prolongados. ¿Será que nos cueste más mantener que crear? Deseo se lea esto como una reflexión positiva
Y todo esto también lo conocen los santanderinos del éxodo, aquellos que se ausentaron para ejercer su profesión o en busca de otras oportunidades y retornan tanto como pueden. La ciudad, en parques, en paseos, recuerda orgullosa a los escritores y poetas que contaron y cantaron como sintieron sus raíces; sería bueno hacer un puzle exclusivamente con sus textos de los que pienso existe demasiado desconocimiento. El recuerdo del entorno nativo, que siempre nos acompaña, los poetas lo cuentas mejor: Cierro este artículo con dos poetas que, curiosamente, titularon uno de sus poemas con la misma palabra: 'Regreso'.
Jesús Pardo lo inicia: «Tierra del norte que es la mía/ tierra de verde y humedad,/ recuerdo vago y pertinaz/ como tu monte y tu bahía» y los dos primeros versos de un soneto de 'Pick', que desde su figura, de espaldas al Camello, nos saluda cuando paseamos por el Sardinero, es toda una declaración de amor que creo firmaríamos todos: «Otra vez Santander, aquí me tienes, / descansando en la paz de tu bahía».
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