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Santander, azul y verde

Las ciudades se construyen con el amor, entusiasmo y constancia de muchos de sus habitantes

Sábado, 30 de noviembre 2024, 07:32

El historiador Rafael González Echegaray describió la bahía como un gran escenario azul en cuyo telón de fondo se contemplaba, en su parte inferior, un festón verde con la imagen actual de sus pueblos y, sobre ello, la orografía de media provincia contemplando el cambiante ... color de la bahía, las luces del agua y del sol con cejas de fuego en los días de Sur. Santander es una península batida en su costa Norte por la fuerza cambiante de un Cantábrico que ha dibujado en sus rocas una geología sorprendente de singular belleza, mientras su costa Sur es acariciada por las aguas tranquilas de su bahía. Entrada ya la segunda mitad del siglo XVIII, Santander era una pequeña ciudad encerrada en su muralla medieval con su pequeña puebla marinera, extramuros; el resto de la península era un mundo verde, con sus huertos rurales plantados de viñas y hortalizas. Naciendo el siglo XIX, al ir creciendo la ciudad hacia Cuatro Caminos, el Ayuntamiento creyó oportuno construir el primer parque público. Se trazó la Alameda Primera, plantando –según relato de Simón Cabarga– hileras de álamos y chopos que llegaron a formar un túnel verde, siendo talados cuando la construcción del barrio de la Florida y el tráfico exigieron un nuevo urbanismo.

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