Vamos a decir... tonterías

1º. En una empresa no puede haber democracia. Las decisiones últimas las tiene que tomar el más capacitado, no el más enamorado de la empresa. Está demostrado con datos que el 60%, aproximadamente, de la productividad de una empresa depende de la persona que la lidera (Steve Jobs, Amancio Ortega o Bill Gates).

2º. Si ponemos a algunos músicos a que dirijan la orquesta, junto con su director, lo que va a sonar es un gallinero y la música, igual que la eficiencia económica en la empresa, desaparecerá. Un empleado, por maravilloso que sea, sabe de lo que sabe y un directivo debe saber de todo lo que concierne a la empresa, desde dentro y desde fuera de la misma.

3º.No hay nadie más eficiente en la gestión de una empresa que quien es 'doliente' de la misma, quien detenta su propiedad. Por cierto, ya puestos, por qué no participamos los ciudadanos en las decisiones que tome su partido político. Es lo justo, según su criterio ¿no?

4º. En ese mismo sentido carece de él que pueda tomar decisiones alguien que no forme parte de la propiedad de la empresa. Lo contrario sería el mejor camino para llegar a un comunismo en el que los miembros del partido en el poder tomen decisiones en las empresas. Justo este es el mejor ejemplo de que a quien le acaba yendo muy bien es al miembro del partido, ni a la empresa, ni a los trabajadores, sólo a los que detentan el poder.

Si, y con ánimo de darle ideas a la 'superministra', ¿por qué no propone alguna de las siguientes iniciativas? Que los empleados de línea de producción en una fábrica vistan con traje y corbata (aunque no se lo pague el Estado, verdad sra. vicepresidenta?); que los enfermos puedan ayudar en el diagnóstico a los médicos; que los hijos les digan a sus padres cómo se les debe educar; que apaguemos los incendios con gasolina, al fin y al cabo es líquida, o que un representante de los pasajeros ayude al comandante a llevar el avión. Buenas ideas ¿eh?