Pero vamos a ver, ¿tú te vas a vacunar o no?

¿Es verdad que la vacuna es eficaz? Sí. Es incuestionable por los datos conocidos presentados por los comités de vigilancia de los estudios a las empresas farmacéuticas. Las vacunas de Pfizer y Moderna alcanzan (habrá que comprobar a partir de ahora) una eficacia del 94-95% en la reducción de la infección, tanto en casos leves como graves, y también en personas mayores de 65 años. La de Oxford algo menos pero está pendiente de adecuar las dosis. Y las demás, que también atacan al pico del coronavirus que se mete en la célula, igualmente serán eficaces. Sabemos con seguridad que la inmunidad se extiende más allá de cuatro meses después de la primera dosis, pero todavía ignoramos cuánto más durará la protección que ofrecen, probablemente cerca de un año o más. El coronavirus, aunque muta (D614G), no lo hace tanto como el de la gripe, que muta en días y no aumenta la resistencia a anticuerpos. Por tanto, no parece que la vacuna vaya a perder eficacia. Y por cierto, aquellos que pasaron la enfermedad, también deben ser vacunados, aunque no sean prioritarios, porque es difícil calcular su nivel de protección y pueden reinfectarse. No tenemos aún datos en niños, en mujeres embarazadas, ni en pacientes inmunosuprimidos aunque hay estudios en marcha.

Los profesionales de carrera en esas instituciones, ningún político por supuesto, miran cuidadosamente los datos y toman una decisión de acuerdo con un grupo llamado Comité Asesor, o también puede ser un comité independiente llamado Comité para vacunas y productos biológicos relacionados. Ellos trabajan con la FDA o la EMA y se determina la recomendación si es positiva o no. El proceso es totalmente independiente, y muy transparente. Al final, todos los datos sobre los que se ha tomado una decisión se hacen públicos, se publican en revistas médicas de prestigio y para su publicación es necesario la opinión de cuatro o más expertos en el tema, que dan o no su aprobación. La vacuna de Pfizer ha sido ya publicada hace tres días en el 'New England Journal of Medicine'.

Por tanto, aunque hay siempre un rumor sobre señales confusas y dudas sobre la independencia, podemos afirmar con total certidumbre que el proceso es como lo acabo de explicar. Y cuando la FDA (ya en estos días) y la EMA (antes de tres semanas) aprueben una vacuna basada en este proceso, yo no tendré ninguna duda en vacunarme cuando me toque, así como aconsejar lo mismo a mi familia.

Antes de terminar todavía dos cosas. Recordarte que salvo los corticoides, que conocemos hace cien años, no hay ningún tratamiento hasta ahora que haya demostrado efecto sobre la enfermedad, así que seguimos muy vulnerables. Por tanto, si estas Navidades no nos quedamos en casa, los meses de enero y febrero podemos tener en España más de 20.000 muertos que no volverán a reunirse con su familia en ninguna Navidad. Y alguno podría ser tuyo. Tenemos que resistir. Falta poco si nos vacunamos todos. Y la tierra es redonda.