Hace veinte años

Han pasado veinte años. ¡Ve-in-te! ¿Usted recuerda qué hacía allá por 2002? Vaya pensando. A mí me han refrescado la memoria, aunque tampoco era necesario porque, en lo sustancial, por aquella época andaba inmerso en el mismo oficio de ahora: ese tan adictivo ( ... por lo que se ve) de contar historias. Eso sí, con algo más de pelo. Hace veinte años recibí la llamada de un entonces joven biólogo de la Sociedad Española de Ornitología para que me acercara a Galizano porque habían aparecido cuatro aves muertas impregnadas de chapapote: el fuel delPrestige llegaba a Cantabria. Y es lo que tiene echar un vistazo a la hemeroteca, que veinte años después, al recordar la alargada huella que dejó esa catástrofe medioambiental en la región, hallamos, como si de un tesoro se tratara, aquella primera información en la que Felipe González Sánchez y otro compañero sostienen un alcatraz completamente petroleado. Dos décadas después, él tampoco ha olvidado ese día y los que vinieron después: «Fue terrible, llegamos a recoger mil aves y de la mitad que sobrevivió, sacamos adelante al 10%», recordaba en el reportaje publicado ayer.