Se vende, se alquila

Como las malas noticias, van llegando con las palabras justas, como en los antiguos telegramas que estrechaban el recuento de palabras buscando la economía; entonces hasta rellenar la cinta blanca pegada sobre el papel azul parecía muy caro.

Ya han conseguido su objetivo, tomando el centro en un remedo de 'Día D', colonizando los vacíos escaparates de los que fueron rancios o nobles locales comerciales de una ciudad que se resiste con valentía a perder la forma de vida que le dio origen. El escueto 'Se Vende', 'Se Alquila' se ha convertido en el cuadro imaginablemente peor pintado, obligando al transeúnte a leer la funesta noticia impresa en unos cartelones fosforitos comprados en la tienda del chino de la esquina y donde se han dejado escritos teléfonos que con mala tinta diluyen la información que oculta, sin pretenderlo, una derrota.

Detrás de cada aviso se agazapa una historia que cuando se relata hace girones en la forma de economía más primaria y exitosa de Torrelavega. Colosos que fueron la argamasa de una ciudad que registró en los libros camerales más de 3.000 establecimientos. Ya no se disculpa con la lejanía de los barrios. Ahora mismo han tomado tierra en las principales calles y plazas del puro centro. Cristales que ya no se limpian y anuncios descoloridos por el paso del tiempo. Colosos que con su empaque no permitieron ver que tenían los pies de barro.

Detrás de cada alta en la lista de pensionistas autónomos, está el cierre de un comercio y su colocación en un mercado que a pocos parece interesar. Con las reservas de una información sin listado, una de las páginas web del mercado inmobiliario más populares cuantifica en 180 los locales comerciales en venta o alquiler en Torrelavega. Y solo es una página. Ni la milla de oro que se imaginó con la peatonalización de la calle Consolación parece afrontar el embate de una desamortización, de una sangría que conviene cauterizar.