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Sigo con interés la información que este periódico esta proporcionando del juicio que se sigue en Santander contra los exconsejeros de Sniace acusados de un delito medioambiental por los vertidos de la empresa entre los años 2008 y 2010 al río Saja-Besaya. Se recoge ... en ella parte de las declaraciones de testigos que intervinieron en la recogida de muestras en los diferentes momentos de ese periodo cuestionándose si la autorización de los vertidos era a la ría de San Martín o al río. Un agente del Seprona, el jefe de control de la contaminación de la Dirección General de Medio Ambiente de Gobierno de Cantabria, entre otros responsables del muestreo, dieron su versión de los hechos y del trabajo que ellos realizaron. Más allá de la sentencia que decidan los jueces en cuanto a las responsabilidades, las multas y prisión correspondientes, lo que a mi particularmente me estremece son los datos que se han dado a conocer por los técnicos. Entre otras expresiones se dicho durante el proceso: «los vertidos eran del color de la Coca-Cola», «a veces soltaban unos gases que no se podía respirar», «se comprobó en las más de 400 analíticas que se había superado los límites fijados por la AAI» (Autorización Ambiental Integrada), límites que son más permisivos en el dominio marítimo que en el hidráulico, «si te acercabas al vertido no se veía mucha vida», «agua limpia antes del vertido y marrón después», «en la zona llamó la atención la ausencia de aves, anfibios y otras especies», «no se veía absolutamente nada, el vertido era continuo y permanente»... Y, finalmente, lo que me parece más grave: el testigo puso la situación en conocimiento de sus superiores, aunque desconoce si se adoptó alguna decisión orientada a pedir al grupo empresarial que parara de verter al Saja-Besaya. Oscurantismo, negligencia... De todo ha habido.

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eldiariomontanes Vertidos al río