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El vestido de la Pedroche o la vergüenza propia y ajena

No me gusta que funcione todavía -o más que nunca- ese morbo de baja intensidad que dirige nuestras pupilas en busca de un trozo de pecho, de culo, o de vientre

José Juanco

Santander

Sábado, 7 de enero 2023, 08:05

Si analizo asépticamente la aparición de la Pedroche en la retransmisión de las campanadas de fin de año no consigo encontrar nada censurable. Es un juego en el que todos ganan, un 'win-win' en cadena: Antena 3 gana audiencia y dinero, la Pedroche y ... compañía ganan notoriedad y dinero, ACNUR gana visibilidad y dinero y los telespectadores ganamos emoción aunque no dinero. Incluso la televisión como medio de comunicación gana en unos tiempos en que, según dicen, son malos para ella. Aunque por lo visto, la TV parece que es capaz todavía de reunir a la familia, al menos en momentos tan puntuales como las campanadas de fin de año: todos contentos comiéndonos las 12 uvas en 12 segundos que son 12 deseos, aunque nadie consiga desearlos, que bastante tenemos con no atragantarnos en el camino, antes de que estalle el ¡Feliz año 2023!

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