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Durante los primeros meses de pandemia de coronavirus, parecía que el mayor riesgo de contagio estaba en los fómites: pequeñas gotas de saliva o de fluidos respiratorios que se expulsaban principalmente al toser o estornudar, y que contaminaban las superficies en las que quedaban depositados. ... Si echamos la vista atrás, recordaremos que en los primeros tiempos de la pandemia no era obligatorio llevar mascarilla, y que la distancia interpersonal de dos metros se debía a una estimación del alcance de esas pequeñas gotas. En los medios se hablaba constantemente de la importancia de la limpieza y desinfección de superficies, y del papel protagonista que parecían desempeñar como intermediarias en la transmisión del covid-19.
Sin embargo, a medida que aumenta el conocimiento acerca del virus, encontramos nuevas evidencias científicas que apuntan a que este riesgo es menor de lo que se consideró en un principio; mientras que riesgos que se consideraban menores, fundamentalmente la transmisión por aerosoles, ahora se han destapado como los principales culpables de la propagación de la enfermedad.
En su día aparecieron diferentes estudios que demostraban que sí era posible la supervivencia del SARS-CoV-2 sobre objetos inanimados durante largos periodos de tiempo, incluso 3, 4 y hasta 6 días. Sin embargo, estos datos eran el resultado de investigaciones que utilizaban grandes muestras del virus, muestras que no se suelen dar en condiciones reales. Al menos, en condiciones reales fuera de laboratorio, teniendo en cuenta la carga vírica que puede darse en situaciones y lugares habituales. De hecho, en estudios más recientes se ha demostrado que, aunque los virus pueden persistir durante días en superficies inanimadas, los intentos de cultivarlos a partir de muestras obtenidas de estas superficies no han tenido éxito.
Ya en agosto de este año, el científico Emanuel Goldman publicaba en 'The Lancet Infectious Diseases' que la posibilidad de transmisión a través de superficies inanimadas es muy pequeña, y solo es posible en los casos en que una persona infectada tose o estornuda en la superficie y alguien toca posteriormente esa superficie, como mucho una o dos horas después.
Estudios llevados a cabo en ambientes hospitalarios, concretamente dos realizados en Milán, que han intentado determinar el grado de contaminación de superficies en una sala de enfermedades infecciosas estándar, en salas de emergencias y en otras de cuidados intensivos, dieron como resultado que, tras un procedimiento de limpieza estándar, solo el casco del dispositivo de presión positiva en las vías respiratorias de un paciente fue positivo para el ARN del SARS-CoV-2. Además, los intentos de cultivar los hisopos positivos en células no tuvieron éxito, lo que sugiere que los fómites y superficies del entorno de los pacientes no estaban contaminados con virus viables.
Eso no quiere decir que no sea razonable la desinfección periódica de las superficies y el uso de guantes, especialmente en los hospitales, como precaución. Sin embargo, parece que los fómites que no han estado en contacto con un portador infectado durante horas no presentan un riesgo de transmisión medible.
Los resultados de otro estudio, pendiente de revisión para su publicación en una revista científica señalan que, durante la investigación, el riesgo estimado de infección por tocar una superficie contaminada fue menor de 5 por cada 10.000. Esto sugiere que las superficies potencialmente contaminadas juegan un papel mínimo en la transmisión comunitaria del SARS-CoV-2.
Un editorial de 'Nature', publicado el pasado 2 de febrero, señala que contagiarse con el coronavirus desde superficies es raro, y que su transmisión predominante es a través del aire. La revista científica pedía que se dejara de priorizar la desinfección de lugares y se pusieran más recursos en reforzar la importancia de las mascarillas e investigar medidas para mejorar la ventilación.
Ya hace tiempo que los expertos señalan que el virus está presente en los aerosoles, y que es muy probable que estos sean la principal vía de contagio del coronavirus. Aunque es positivo mantener las medidas de higiene, por si las moscas, debemos concentrarnos en hacer buen uso de la mascarilla, y extremar las precauciones en lugares cerrados y con poca ventilación.
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